El jardín encantado del gato negro



Había una vez un niño llamado Fulanito, que vivía en un pueblo muy pequeño y pintoresco. Un día, su mamá le pidió que fuera al supermercado chino a comprar pancito para la merienda.

Fulanito se puso contento porque le encantaba ir de compras. Al llegar al supermercado chino, se encontró con la señora Chen, la dueña del local. Ella siempre tenía una sonrisa amable y le gustaba conversar con los clientes.

"-Hola Fulanito, ¿cómo estás hoy?", saludó la señora Chen. "-¡Hola señora Chen! Estoy bien, vengo a comprar pancito para la merienda", respondió Fulanito. La señora Chen le mostró los diferentes tipos de pancitos que tenían en el supermercado.

Había pancitos integrales, pancitos de salvado y pancitos dulces. Fulanito no sabía cuál elegir porque le gustaban todos. "-Señora Chen, ¿cuál me recomienda?", preguntó Fulanito.

"-Creo que te va a encantar este pancito integral recién horneado", dijo la señora Chen mientras sacaba un pan calentito del horno. Fulanito olió el delicioso aroma que salía del pan y no pudo resistirse. Compró el pancito integral y se despidió de la señora Chen con una gran sonrisa en su rostro.

Mientras caminaba de regreso a casa, Fulanito notó algo extraño: había un gato negro siguiéndolo por todas partes. El gato maullaba y parecía querer decirle algo a Fulanito. "-¿Qué pasa amiguito? ¿Estás perdido?", preguntó preocupado Fulanito al gato negro.

El gato continuaba maullando y guiando a Fulanito por un camino diferente al habitual. Intrigado, Fulanito decidió seguir al gato y descubrió un hermoso jardín secreto detrás de unas viejas ruinas abandonadas.

En medio del jardín había un árbol frondoso con muchas ramas altas. El gato se subió ágilmente al árbol e invitó a Fulaninto a hacer lo mismo. Desde las alturas, pudieron ver todo el pueblo y disfrutar de una vista espectacular.

"-¡Es increíble! ¡Gracias por traerme aquí!", exclamó emocionado Fulaninto mientras acariciaba al gato negro. De repente, el viento sopló fuerte haciendo caer algunas hojas secas del árbol sobre ellos. Una de esas hojas llevaba escrito un mensaje misterioso: "La magia está en los pequeños momentos".

Fulaninto reflexionó sobre esas palabras mientras compartía su pancito integral con el gatito negro bajo la sombra del árbol frondoso.

Se sentía feliz de haber vivido esa aventura inesperada gracias al curioso felino que lo había guiado hasta ese lugar especial.

Desde ese día, cada vez que iba al supermercado chino a comprar pancitos para la merienda, recordaba aquel encuentro mágico en el jardín secreto y seguía buscando esos pequeños momentos llenos de sorpresas e inspiración en su vida cotidiana.

FIN.

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