El jardín interior
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoíris, una niña llamada Mila. Mila era muy especial, ya que a diferencia de los demás niños, sus emociones siempre eran de un gris opaco y triste.
Desde que era muy chiquita, Mila había notado que no podía sentir la alegría, el entusiasmo o la felicidad que experimentaban los demás. Siempre estaba con la mirada perdida y su sonrisa nunca llegaba a iluminar su rostro.
Esto preocupaba mucho a sus padres y maestros, quienes intentaban animarla sin éxito. Un día, mientras caminaba por el bosque cercano al pueblo, Mila se encontró con una mariposa de colores brillantes.
La mariposa revoloteaba alegremente de flor en flor, contagiando su energía positiva a todo lo que tocaba. Mila observaba maravillada aquel espectáculo de colores y movimiento. De repente, la mariposa se posó en la punta de la nariz de Mila y le dijo: "Hola, soy Maribel.
Veo que tus emociones son grises, ¿te gustaría cambiar eso?". Mila asintió tímidamente, sin poder creer lo que estaba pasando.
Maribel le explicó entonces que dentro de cada uno de nosotros hay un jardín mágico donde crecen las flores de nuestras emociones. Sin embargo, para que esas flores puedan ser coloridas y vibrantes, necesitan cuidado y atención constante. "Tú has descuidado tu jardín interior", dijo Maribel con dulzura.
"Pero no te preocupes, puedo ayudarte a revivir tus emociones y llenarlas de colores". Así comenzó la aventura de Mila junto a Maribel.
Cada día se adentraban más en el bosque para explorar diferentes rincones mágicos donde aprendían sobre la importancia del amor propio, la gratitud, la amistad y la empatía. Poco a poco, gracias al cariño y sabiduría de Maribel, las flores del jardín interior de Mila comenzaron a brotar en tonos vivos y hermosos.
La tristeza dio paso a la alegría; el miedo se transformó en valentía; la soledad se convirtió en compañerismo. Un año después de aquel encuentro en el bosque, Mila regresó al pueblo radiante como nunca antes se le había visto.
Sus padres no podían creer lo feliz y llena de vida que lucía su hija. "¿Qué te ha pasado?", preguntaron sorprendidos. Mila les contó entonces sobre Maribel y todas las enseñanzas recibidas durante aquel año mágico en el bosque.
Les habló sobre cómo había aprendido a cultivar sus emociones con amor y dedicación; cómo ahora veía el mundo con otros ojos llenos de esperanza e ilusión; cómo finalmente entendió que el verdadero tesoro está dentro nuestro.
Y así fue como Mila se convirtió en un ejemplo para todos en el pueblo. Su historia inspiradora recorrió cada rincón del lugar recordándoles a grandes y chicos la importancia de cuidar nuestro jardín interior para vivir una vida plena y llena de colores brillantes como un arcoíris tras la tormenta.
FIN.