El jardín luminoso de Luna



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoiris, donde todos los habitantes vivían felices y en armonía.

En este lugar tan especial, existía un árbol mágico que se decía que tenía el poder de hacer realidad los deseos más profundos de las personas. Un día, llegó al pueblo una niña llamada Luna. Luna era muy curiosa y siempre estaba buscando aventuras nuevas.

Un día, escuchó hablar sobre el árbol mágico y decidió ir a buscarlo para pedir un deseo. Luna recorrió el bosque encantado siguiendo las indicaciones que le habían dado y finalmente encontró el árbol mágico. Estaba maravillada por su belleza y se acercó a él con timidez. "Hola, árbol mágico", saludó Luna tímidamente.

-El árbol respondió con una voz suave y amable: "Hola, pequeña Luna. ¿En qué puedo ayudarte hoy?""Quisiera pedir un deseo", dijo Luna con determinación.

-El árbol asintió con complicidad: "Por supuesto, dime cuál es tu deseo y haré todo lo posible por cumplirlo". Luna pensó durante unos instantes y finalmente dijo: "Deseo encontrar la forma de traer más amor al mundo". El árbol mágico sonrió ante la nobleza del deseo de Luna y le entregó una semilla brillante.

"Toma esta semilla", le dijo el árbol. "Plántala en tu corazón y cultívala con amor. Verás cómo poco a poco lograrás traer más amor al mundo".

Luna tomó la semilla con cuidado y regresó al pueblo emocionada por comenzar su misión de llevar más amor a todos los habitantes de Arcoiris. Durante días, Luna cuidó la semilla con esmero, regándola con bondad, nutriéndola con compasión y protegiéndola con alegría.

Con el tiempo, la semilla comenzó a crecer hasta convertirse en un hermoso jardín lleno de flores radiantes que emanaban luz y calor. Los habitantes del pueblo se sorprendieron al ver el cambio en Luna y pronto se vieron contagiados por su amoroso espíritu.

Comenzaron a tratarse unos a otros con amabilidad, respeto e empatía; ayudándose mutuamente sin esperar nada a cambio. Con cada acto de bondad que realizaban inspirados por el jardín de Luna, más amor florecía en sus corazones y en todo el pueblo.

La magia del amor había transformado Arcoiris en un lugar aún más especial donde reinaba la armonía entre todos sus habitantes.

Y así fue como gracias al deseo sincero de Luna y su dedicación para cultivar el amor en su corazón, logró traer la luz del amor a todo un pueblo; demostrando que cuando uno siembra amor cosecha felicidad.

Desde entonces, cada vez que alguien necesitaba recordar lo importante que es amar incondicionalmente, visitaba el jardín de flores radiantes creado por Luna para reconectar consigo mismo

FIN.

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