El Jardín Mágico
Había una vez un colorido jardín de infantes llamado "Arcoíris", donde todos los días, muchos niños se reunían para jugar y aprender juntos.
En este lugar mágico, cada niño era especial a su manera y tenía algo único que compartir con sus amigos. Un día soleado, la maestra Catalina decidió llevar a los niños al parque cercano para disfrutar del aire libre y jugar en los columpios. Los pequeños estaban emocionados por esta salida tan divertida.
Al llegar al parque, los niños corrieron hacia los juegos y comenzaron a reír y gritar de alegría. Había tanto entusiasmo en el aire que parecía que las risas llenaban todo el lugar.
El primero en subirse al tobogán fue Lucas, un niño muy valiente. Deslizándose rápidamente por el tobogán, gritaba emocionado: "-¡Miren cómo vuelo!" Todos aplaudieron su osadía mientras él sonreía orgulloso. Luego llegó Sofía, una niña creativa y soñadora.
Mientras trepaba por la estructura de cuerdas, exclamó: "-¡Estoy escalando una montaña gigante! ¡Vengan conmigo!". Sus amigos la siguieron sin dudarlo y juntos imaginaron estar conquistando las cumbres más altas. Mientras tanto, Martín estaba jugando en el arenero construyendo castillos de arena.
Con mucho esfuerzo levantaba torres enormes mientras decía: "-¡Este castillo será el más grande del mundo!" Sus amigos se acercaron para ayudarlo a terminar su obra maestra. En otro rincón del parque, Carolina y Julieta disfrutaban de un juego de roles.
Con sus vestidos brillantes y coronas en la cabeza, se convirtieron en princesas valientes que rescatarían a todos los caballeros en apuros.
"-¡Salven al príncipe!", gritaron mientras corrían para salvar a Luciano, quien fingió estar atrapado entre las ramas de un árbol. De repente, todos los niños escucharon un ruido extraño. Era el sonido del timbre que indicaba el fin del recreo. Todos se miraron con tristeza porque no querían irse todavía.
La maestra Catalina les dijo: "-Chicos, ya es hora de regresar al jardín de infantes". Pero antes de partir, ella tuvo una idea emocionante. "-¿Qué tal si hacemos una competencia para ver quién llega primero?".
Los niños se emocionaron con la propuesta y comenzaron a correr hacia el jardín lo más rápido que pudieron. Lucas lideró el camino seguido por Sofía y Martín. Carolina y Julieta iban detrás riendo a carcajadas mientras Luciano intentaba alcanzarlos.
Al llegar al jardín, todos estaban agotados pero felices por haber participado en esa aventura tan divertida. La maestra Catalina los felicitó por su energía y entusiasmo.
Esa tarde, durante la clase, cada niño compartió con sus compañeros lo que habían aprendido durante su tiempo en el parque: la valentía de Lucas, la creatividad de Sofía, la perseverancia de Martín y la imaginación sin límites de Carolina y Julieta.
Todos comprendieron que cada uno de ellos tenía habilidades únicas y especiales, y que juntos podían crear cosas maravillosas. A partir de ese día, el jardín de infantes "Arcoíris" se convirtió en un lugar donde todos los niños se sentían valorados y apreciados por ser quienes eran.
Y así, con risas y juegos, el jardín de infantes "Arcoíris" se convirtió en un lugar mágico donde la diversidad era celebrada y cada niño encontraba su propio arcoíris interior.
Y colorido como siempre, este hermoso lugar seguía llenando los corazones de los niños de alegría y amistad.
FIN.