El Jardín Mágico de Aromas
En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes, había un jardín especial que solo unos pocos conocían. En este jardín, las flores eran de colores vibrantes y cada una tenía su propio aroma. Había flores de todos los tipos: rosas rojas, margaritas amarillas, azules campanillas y lilas suaves. ¡El jardín era como un arcoíris fragante!
Un día, una niña llamada Lila decidió explorar el bosque cercano. Había escuchado cuentos sobre un jardín mágico, pero nunca había visto nada igual. Mientras caminaba, el canto de los pájaros la guiaba.
“Pío, pío, ven por aquí, Lila”, decía un pequeño canario que revoloteaba entre las ramas.
“-¿Tú conoces el camino al jardín mágico? ” -preguntó Lila, emocionada.
“-¡Sí! Solo sigue el canto de los pájaros y el olor de las flores! ” -respondió el canario, aleteando alegremente.
Siguiendo las instrucciones del canario, Lila se adentró más en el bosque. De repente, se encontró con un arroyo cristalino que reflejaba el sol. En sus orillas, crecía una flor gigante con un aroma tan dulce que casi podía saborearlo.
“-¡Guau! ¡Qué increíble! ” -exclamó Lila, mientras se acercaba. Pero justo en ese momento, una ardilla traviesa apareció de entre los árboles.
“-¡Hola! Soy Nutti, la ardilla! ¿Vienes a ver el jardín? ” -preguntó la ardilla, moviendo su cola rápidamente.
“-Sí, sí, ¡quiero ir al jardín mágico! ” -respondió Lila, entusiasmada.
Nutti la llevó por un sendero oculto. Por fin, llegaron a una puerta hecha de madera entrelazada con flores.
“-¿Toques tres veces? ” -preguntó Lila.
“-Así es. Solo aquellos de buen corazón pueden entrar.” -dijo Nutti.
Lila tocó suavemente la puerta y, al instante, se abrió. Entró al jardín, y lo que vio la dejó sin palabras. Las flores bailaban con el viento, y por doquier había pájaros de colores brillantes cantando alegres melodías.
“-Bienvenida, Lila,” -dijo una flor mágica con cara sonriente.
“-¿Eres una flor que habla? ” -Lila preguntó, con los ojos tan grandes como platos.
“-Soy Florina, y este es nuestro jardín de aromas. Cada aroma tiene un poder especial,” -explicó la flor.
Lila se acercó a varias flores y olfateó.
“-Esta huele a lluvia,” -dijo, encantada.
“-Así es, el aroma de la lluvia trae felicidad,” -dijo Florina.
Lila siguió explorando y descubrió una flor que olía a frutas frescas.
“-¡Esto huele a verano! ” -exclamó.
“-¡Exacto! Este aroma da energía,” -dijo una rosa roja cerca de allí.
De repente, escucharon un gran estruendo.
“-¿Qué fue eso? ” -preguntó Lila, asustada.
“-Debemos escondernos en la flor de lluvia. Algo asustó a los pajaritos,” -dijo Nutti.
Mientras se ocultaban, vieron como una sombra oscura pasaba volando sobre el jardín. Era un gran pájaro negro que intentaba llevarse a los pequeños canarios.
“-Nos tenemos que ayudar,” -dijo Lila decidida.
“-Sí, pero ¿cómo? ” -preguntó Nutti, temeroso.
“-Necesitamos unir nuestros poderes. Las flores pueden hacer algo,” -sugirió Lila.
Las flores comenzaron a vibrar y sus aromas se mezclaron. Crearon una nube de fragancia que cubrió el jardín. Lila, Nutti y los demás pájaros aletearon y comenzaron a bailar en el aire, atrayendo la atención del pájaro negro.
“-¡Vengan a disfrutar de esta fiesta! ” -gritó Lila al pájaro.
Atraído por los aromas y los movimientos, el pájaro negro se acercó. Al fin, se dio cuenta de que en lugar de volar solo y asustar, ¡podía unirse a la celebración!
“-¡Nunca había olfateado algo tan rico! ” -dijo el pájaro negro, acercándose con curiosidad.
“¡Únete a nuestro jardín! Tenemos aromas y canciones para todos,” -respondieron las flores.
Y así, en lugar de ser una amenaza, el pájaro negro se volvió parte del jardín, convirtiéndose en el protector de sus aromas.
Al final del día, Lila regresó a casa con un corazón lleno de alegría. Aprendió que a veces lo diferente puede asustar, pero con un poco de amor y creatividad, todos pueden ser parte de algo mágico.
Desde entonces, Lila visitó el jardín cada semana y se convirtió en la guardiana de los aromas, compartiendo su historia con todos los niños del pueblo.
Y así, el jardín mágico continuó floreciendo, lleno de colores, canto y risas, gracias a una niña y su amor por la naturaleza.
FIN.