El jardín mágico de Lili


Había una vez una abuelita llamada Lili, quien tenía dos grandes pasiones en la vida: la meditación y las plantas. Todos los días, Lili se sentaba en su jardín a meditar, rodeada de hermosas flores y árboles.

Un día, mientras Lili estaba meditando, escuchó risas provenientes del patio trasero. Al abrir los ojos, vio a sus dos nietos, Martín y Sofía, jugando con unas pelotas. Se acercó corriendo hacia ellos y les preguntó qué estaban haciendo.

"¡Abuela Lili! Estamos jugando al fútbol", respondió Martín emocionado. Lili sonrió y les dijo que ella también quería jugar con ellos. Pero antes de empezar el juego, les enseñó a respirar profundamente para relajarse y concentrarse en el presente.

"Respiren hondo y exhale lentamente", les instruyó Lili mientras cerraba los ojos. "Sientan cómo su cuerpo se relaja". Martín y Sofía siguieron las indicaciones de su abuela.

Después de unos minutos, todos se sintieron más calmados y listos para comenzar a jugar. El partido de fútbol fue muy divertido. Los tres corrían por todo el jardín persiguiendo la pelota como si fueran verdaderos futbolistas profesionales.

A medida que avanzaba el juego, Lili notó que algunos arbustos necesitaban ser podados. "¡Esperen un momento!", exclamó Lili deteniéndose repentinamente. Los niños miraron curiosos a su abuela mientras ella buscaba unas tijeras en el cobertizo.

Lili comenzó a podar los arbustos con cuidado, explicándoles a Martín y Sofía cómo hacerlo. "Cuando podamos las plantas, les damos espacio para crecer y florecer", les dijo Lili mientras cortaba las ramas secas. "Es importante cuidar de ellas y darles amor". Martín y Sofía aprendieron rápidamente cómo podar los arbustos correctamente.

Después de terminar, continuaron con su juego de fútbol hasta que el sol se ocultó en el horizonte. A medida que pasaban los días, Lili seguía meditando en su jardín mientras sus nietos jugaban a su alrededor.

Cada vez que encontraba una planta marchita o necesitada de atención, les enseñaba a Martín y Sofía cómo cuidarla. Un día, mientras paseaban por un parque cercano, vieron un cartel anunciando un concurso de jardines.

La abuela Lili decidió inscribirse junto a sus nietos para mostrar su hermoso jardín lleno de plantas saludables. El día del concurso llegó rápidamente.

El jurado quedó asombrado al ver el increíble trabajo en equipo que había hecho la abuela Lili junto a Martín y Sofía. "¡Felicitaciones! Han ganado el primer premio al mejor jardín", anunció el presentador emocionado. Lili saltaba de alegría junto a sus nietos.

Estaban muy orgullosos del esfuerzo que habían puesto en su jardín y lo felices que estaban todas las plantas gracias a ellos. Desde ese día, Lili siguió disfrutando de la meditación, las plantas y jugar con sus nietos. Aprendieron que el cuidado y la atención pueden transformar cualquier cosa en algo hermoso.

Y así, Lili, Martín y Sofía continuaron creciendo juntos en armonía, llenando cada día de amor y aprendizaje. Fin.

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