El jardín musical


Había una vez un árbol muy especial llamado Piano. Era un árbol muy alto y fuerte, pero lo que lo hacía diferente a los demás árboles era que tenía ramas en forma de teclas de piano.

Cada día, Piano tocaba hermosas melodías con el viento como su compañero. Un día, mientras tocaba su música, escuchó a una niña llamada Alicia llorando cerca de él.

Se acercó para ver qué pasaba y la encontró sentada junto a una pequeña planta que había sido pisoteada por accidente. "Pobre plantita", dijo Alicia entre lágrimas. "Nunca podrá crecer ahora". Piano se sintió triste al verla así y decidió ayudarla.

Decidió convertirse en un mentor para ella y enseñarle todo lo que sabía sobre cómo cuidar las plantas. "¿Quieres ayudarme a cuidar mi jardín?", preguntó Alicia sorprendida. "Por supuesto", respondió Piano felizmente. Juntos comenzaron a trabajar en el jardín todos los días después de la escuela.

Aprendieron sobre diferentes tipos de plantas, cómo regarlas y cuándo darles luz solar adecuada. Con el tiempo, el jardín floreció con vida nueva gracias al amor y esfuerzo que colocaron en él.

Sin embargo, no todo fue fácil para ellos ya que algunas personas malintencionadas vinieron y destrozaron parte del jardín un día cuando no estaban allí. Alicia estaba devastada al ver su trabajo duro arruinado.

Pero Piano le recordó algo importante: "No importa cuántas veces caigamos o nos derriben, siempre podemos volver a levantarnos y empezar de nuevo". Con esa mentalidad, volvieron a trabajar en el jardín con más determinación y creatividad. Agregaron nuevas plantas, flores y árboles para hacerlo aún más hermoso que antes.

Y cada vez que alguien intentaba dañarlo, trabajaban juntos para protegerlo. Finalmente llegó el día en que Alicia se graduó de la escuela primaria. Para celebrar su logro, organizaron una gran fiesta en su jardín.

Todos los vecinos vinieron a disfrutar del hermoso paisaje y las melodías que Piano tocaba con sus ramas.

En ese momento, Alicia se dio cuenta de lo mucho que había crecido no solo como jardinera sino también como persona gracias al amor y la paciencia de Piano. "Gracias por enseñarme tanto", le dijo con lágrimas en los ojos. "No hay nada más importante que ayudar a otros", respondió Piano felizmente mientras seguía tocando su música.

Desde entonces, el jardín se convirtió en un lugar especial donde todos podían encontrar paz y alegría gracias al esfuerzo conjunto de dos amigos muy especiales: Árbol piano molesto feliz Alicia.

Dirección del Cuentito copiada!