El jardín valiente


para ella. La señora, llamada Rosa, era una apasionada de la naturaleza y siempre había soñado con tener un jardín lleno de flores y árboles frondosos. Pero ahora sus ramas crecían sin control y no sabía cómo detenerlo.

Desesperada, decidió buscar ayuda en el pueblo más cercano. Caminó por las calles hasta llegar a una pequeña tienda de plantas donde encontró al dueño, Don Pedro. "-¡Buenos días! ¿En qué puedo ayudarte?", preguntó amablemente Don Pedro.

"-Hola, soy Rosa y estoy desesperada. Mis ojos están creciendo como ramas y no sé qué hacer", respondió Rosa entre lágrimas. Don Pedro se acercó a Rosa con curiosidad y examinó sus ojos grandes que parecían dos pequeños arbustos.

Después de pensarlo un momento, sonrió y dijo: "-No te preocupes, tengo algo que puede ayudarte". Le entregó a Rosa unas semillas mágicas muy especiales.

Le explicó que si las plantaba en su jardín y las cuidaba con amor, podrían ayudarla a controlar el crecimiento de sus ojos-ramas. Rosa regresó a su casa emocionada y comenzó a sembrar las semillas en su jardín.

Siguiendo los consejos de Don Pedro, les hablaba todos los días con cariño e incluso les cantaba canciones para alegrarlas. Poco a poco, las semillas comenzaron a brotar y pronto se convirtieron en hermosas plantas con flores multicolores. A medida que estas florecían, las ramas excesivas de los ojos de Rosa comenzaron a menguar.

Un día, mientras regaba sus flores, Rosa notó que había una planta especial en su jardín. Era diferente a las demás y tenía unas hojas brillantes y un aroma delicioso.

Decidió llamarla —"Miraflores"  porque parecía tener el poder de mirar hacia el futuro.

Rosa se acercó a la planta de Miraflores y le dijo: "-¿Qué puedo hacer para controlar mis ojos-ramas por completo?"La planta respondió con una voz suave y melodiosa: "-Querida Rosa, tus ojos crecen descontroladamente porque tienes miedo del futuro. Debes aprender a confiar en ti misma y aceptar lo desconocido". Rosa reflexionó sobre las palabras de Miraflores y decidió enfrentar sus miedos.

Comenzó a explorar nuevos caminos, conocer gente nueva y probar cosas diferentes. A medida que se adentraba en lo desconocido, sus ojos-ramas disminuían cada vez más. Finalmente, llegó el día en que las ramas desaparecieron por completo.

Rosa se sentía libre y feliz gracias al apoyo de Don Pedro, las semillas mágicas y la sabia planta Miraflores. A partir de ese momento, Rosa decidió compartir su historia con otras personas que también tuvieran problemas similares.

Creó un grupo llamado "Jardineros Valientes", donde todos podían encontrar apoyo mutuo para enfrentar sus temores. Con el tiempo, el grupo creció y se convirtió en una hermosa comunidad llena de personas valientes dispuestas a superar cualquier obstáculo que la vida les presentara.

Y así, gracias a su valentía y al amor por la naturaleza, Rosa descubrió que no importa cuán grande sean los desafíos que enfrentemos, siempre hay una forma de superarlos si confiamos en nosotros mismos y encontramos el apoyo adecuado.

Desde entonces, Rosa vivió feliz rodeada de flores y árboles frondosos en su jardín. Y cada vez que pasaba por aquella carretera donde todo comenzó, recordaba con gratitud cómo había transformado sus miedos en fortaleza y crecimiento personal.

Y así termina esta historia llena de enseñanzas sobre el poder del amor propio, la valentía y la importancia de buscar ayuda cuando nos sentimos perdidos. Porque todos tenemos dentro de nosotros la capacidad de superar cualquier obstáculo si creemos en nosotros mismos.

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