El juego de escondite



Había una vez en la comunidad de "Amigos del Bosque" un simpático y amable zorro llamado Stenley. Era el moderador de la comunidad y su trabajo era mantener el orden y la armonía entre los animales que vivían allí.

Un día, mientras Stenley caminaba por el bosque, se encontró con Saray, una ardilla muy traviesa que siempre andaba haciendo travesuras. Saray estaba muy emocionada porque había encontrado una placa brillante en el suelo.

"Mira lo que encontré, Stenley", dijo Saray mostrándole la placa. Stenley reconoció inmediatamente su placa de moderador y le pidió a Saray que se la devolviera. Pero Saray no quería devolverla tan fácilmente y comenzó a correr por todo el bosque con ella.

Stenley intentó perseguirla pero Saray era demasiado rápida para él. Finalmente, después de un largo rato de carrera, logró atraparla justo cuando esta se disponía a subir a un árbol. "Por favor, dame mi placa de vuelta", suplicó Stenley.

Pero Saray seguía negándose a devolverle la placa. Fue entonces cuando Stenley decidió hacer algo especial para convencerla.

Le propuso a Saray jugar juntos al escondite y prometió que si ella ganaba le daría algo aún mejor que su placa: una deliciosa torta de nueces recién horneada por él mismo. Saray aceptó encantada ya que adoraba las tortas de nueces de Stenley. Comenzaron a jugar al escondite y Stenley hizo todo lo posible para que Saray ganara.

A pesar de sus esfuerzos, Stenley logró encontrarla antes de que ella llegara a la meta. "¡Gané! ¡Gané!", gritó Stenley emocionado mientras Saray se reía divertida. "Muy bien, has ganado", dijo Saray con una gran sonrisa en su rostro.

Stenley le dio la torta prometida a Saray y luego le explicó por qué era importante para él recuperar su placa de moderador.

Le contó sobre las responsabilidades que tenía como moderador y cómo necesitaba la placa para hacer su trabajo correctamente. Saray comprendió finalmente lo importante que era la placa para Stenley y decidió devolvérsela sin más demora.

Desde ese día, los dos se convirtieron en muy buenos amigos y siempre jugaban juntos al escondite o compartían una deliciosa torta de nueces. Stenley aprendió una valiosa lección sobre cómo resolver los conflictos sin recurrir a la violencia o el enojo.

Además, descubrió que incluso los más traviesos pueden convertirse en buenos amigos si se les da una oportunidad. Y así fue como el bosque de "Amigos del Bosque" se convirtió en un lugar aún más armonioso gracias al ejemplo positivo de Stenley y Saray.

FIN.

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