El juego de Juana


Había una vez una niña llamada Juana, quien tenía 5 años y le tenía mucho miedo a la hora de comer.

A pesar de que su mamá le preparaba deliciosos platillos, ella siempre se negaba a probarlos y solo comía lo mismo todos los días. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Juana notó que todos ellos comían diferentes tipos de alimentos y se divertían probando cosas nuevas.

Ella se sintió triste al darse cuenta de que estaba perdiéndose algo importante. - ¿Qué pasa, Juana? - preguntó su amiga Lucía al verla con cara triste. - Es que yo no como muchas cosas porque me da miedo - respondió Juana avergonzada.

Lucía la miró con ternura y le dijo:- No te preocupes, yo también antes era así. Pero un día mi mamá me enseñó un juego muy divertido para vencer el miedo a probar cosas nuevas.

Intrigada por las palabras de su amiga, Juana decidió preguntarle más sobre ese juego. - ¿De qué se trata? ¡Cuéntame! Lucía sonrió y explicó:- Se llama "El reto del sabor".

Lo que tienes que hacer es cerrar los ojos, elegir un alimento nuevo y saborearlo sin saber qué es. Después tendrás que intentar adivinarlo. Si lo logras, habrás superado el reto. Juana pensó en eso durante toda la tarde hasta llegar a casa.

Esa noche cuando llego la cena su mama había preparado un plato nuevo: pollo con curry. Juana respiró profundo e hizo caso a lo aprendido en el parque. Cerró los ojos, tomó un bocado y lo saboreó con atención. - Hmm... - dijo Juana tratando de adivinar qué era.

- ¿Y bien? - preguntó su mamá ansiosa por saber si le había gustado. - ¡Es pollo con curry! - exclamó Juana emocionada al haber acertado la respuesta.

A partir de ese día, Juana se animó a probar cosas nuevas cada vez que comía. Cada noche, su mamá le preparaba un platillo diferente y ella jugaba al "Reto del sabor" para descubrir nuevos alimentos.

Poco a poco dejó atrás sus miedos y comenzó a disfrutar más de la comida. Con el tiempo, Juana se convirtió en una niña valiente y aventurera que probaba todo tipo de platillos sin temor alguno. Y así aprendió que enfrentar nuestros miedos puede llevarnos a descubrir cosas maravillosas. Fin

Dirección del Cuentito copiada!