El Juego de la Amistad

Había una vez en un hermoso jardín donde florecían las más bellas margaritas y los pájaros cantaban alegremente, vivía el Conejo de Pascuas.

Este conejito era muy especial, ya que cada año se encargaba de esconder huevitos de chocolate para que los niños del jardín pudieran buscarlos y disfrutar de ellos. Un día, el Conejo de Pascuas se despertó con una idea brillante: quería enseñarles a los niños del jardín la importancia de la amistad y la generosidad.

Así que decidió organizar un divertido juego en el que los pequeños tendrían que trabajar juntos para encontrar todos los huevitos escondidos. Los niños estaban emocionados con la propuesta del Conejo de Pascuas y se pusieron manos a la obra.

Corrían por todo el jardín buscando detrás de cada arbusto, debajo de cada piedra y dentro de cada maceta. "-¡Aquí hay uno!", gritaba emocionado Tomás mientras levantaba un huevo brillante.

"-¡Y aquí otro!", exclamaba Sofía al descubrir uno más. Pero pronto se dieron cuenta de que no podían encontrar todos los huevitos por sí solos. Fue entonces cuando recordaron las palabras del Conejo de Pascuas sobre la importancia de trabajar en equipo.

Decidieron unir fuerzas y colaborar entre ellos para lograr su objetivo. Con ingenio y cooperación, los niños lograron encontrar todos los huevitos escondidos en el jardín. Estaban felices y orgullosos de haber trabajado juntos para alcanzar su meta.

El Conejo de Pascuas, desde lejos, observaba con una sonrisa en su rostro. Al finalizar el juego, el Conejo les dijo: "-Hoy han aprendido una gran lección: cuando trabajamos en equipo y nos ayudamos mutuamente, podemos lograr cosas maravillosas".

Los niños asintieron con alegría, sabiendo que aquella experiencia les había dejado un valioso mensaje en sus corazones.

Desde ese día, los niños del jardín valoraron aún más la amistad y la colaboración, recordando siempre la enseñanza del bondadoso Conejo de Pascuas. Y así siguieron disfrutando juntos de nuevas aventuras llenas de aprendizaje y diversión en aquel mágico lugar donde florecían las margaritas y cantaban felices los pájaros.