El Juego de la Amistad
Había una vez en una escuela llamada "La Alegría", un grupo de chicos y chicas de segundo grado que amaban los recreos. Todos los días, salían corriendo al patio para disfrutar del tiempo libre y jugar juntos.
Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder en el grupo. Algunos chicos no respetaban las reglas de juego.
Juanito siempre empujaba a sus compañeros cuando jugaban fútbol, Martina siempre se escondía en el escondite sin esperar a que todos contaran hasta diez, y Lucas siempre hacía trampa en la rayuela. Estas actitudes hicieron que algunos niños se sintieran frustrados y decidieran no jugar más durante los recreos.
María, Pedro y Sofía eran tres amigos muy unidos que solían jugar juntos todos los días, pero se dieron cuenta de que ya no disfrutaban tanto como antes. Un día, mientras caminaban por el patio buscando algo divertido para hacer, encontraron un árbol mágico con hojas brillantes y coloridas.
Se acercaron curiosos y una voz suave salió del árbol: "¿Qué les pasa? Veo tristeza en sus ojos". María fue la primera en responder con tristeza: "Ya no queremos jugar durante los recreos porque algunos chicos no respetan las reglas de juego".
El árbol suspiró profundamente antes de responder: "Entiendo cómo te sientes, pero ¿no crees que deberías darles una oportunidad para cambiar?".
Pedro asintió pensativo: "Tal vez puedan aprender a ser más justos si les mostramos cómo nos sentimos cuando no respetan las reglas". Sofía sonrió y agregó: "¡Podemos enseñarles a través del juego! Vamos a crear un juego nuevo donde todos tengan que respetar las reglas para ganar". Los tres amigos se pusieron manos a la obra.
Diseñaron un juego de habilidades y estrategia en el que cada jugador debía seguir las reglas al pie de la letra para avanzar. Decidieron llamarlo "El Camino de la Amistad".
Al día siguiente, durante el recreo, María, Pedro y Sofía invitaron a Juanito, Martina y Lucas a jugar su nuevo juego. Al principio, los chicos estaban un poco sorprendidos por la invitación.
"¿En serio nos quieren dejar jugar con ustedes después de todo lo que hemos hecho?", preguntó Lucas con incredulidad. María asintió amablemente: "Queremos darte una oportunidad para cambiar. Creemos que si jugamos juntos bajo ciertas reglas, podemos aprender sobre el valor de la amistad y el respeto".
Los chicos aceptaron emocionados y comenzaron a jugar "El Camino de la Amistad". Cada vez que alguien rompía una regla, tenían que volver al inicio del camino.
Con el tiempo, Juanito dejó de empujar a sus compañeros mientras jugaban fútbol; Martina aprendió a esperar pacientemente en el escondite hasta que todos contaran hasta diez; y Lucas entendió lo importante que era jugar limpio en la rayuela. Poco a poco, los demás niños también se fueron sumando al juego.
Todos aprendieron cómo disfrutar más del recreo al respetar las reglas y valorar la amistad. El árbol mágico sonrió al ver cómo los chicos se divertían y aprendían juntos. Sabía que había ayudado a crear un cambio positivo en la escuela "La Alegría".
Desde ese día, todos los niños de segundo grado volvieron a disfrutar de los recreos como antes. Aprendieron que, aunque las personas pueden cometer errores, siempre hay una oportunidad para cambiar y crecer juntos.
Y así, con el juego como herramienta de enseñanza, la escuela "La Alegría" se convirtió en un lugar donde todos aprendieron a respetar las reglas y valorar la amistad.
FIN.