El Juego de Mia y Susi
Mia y Susi eran dos hermanas muy curiosas y juguetonas. Siempre miraban con envidia los juguetes de su hermano mayor, Tomás, que tenía camiones, pelotas y autos para jugar.
Sin embargo, sus padres les decían que esos juguetes eran solo para Tomás, ya que eran 'cosas de chicos'. Mia y Susi no entendían por qué no podían jugar con los mismos juguetes que su hermano.
Un día, Mia y Susi decidieron poner en marcha un plan para mostrarles a sus padres que los juguetes no tienen género. "Susi, ¿por qué siempre tenemos que jugar con muñecas y peluches? Me encantaría poder jugar con los autos de Tomás", dijo Mia con tristeza.
"¡Sí, Mia! Estoy cansada de que nos digan que no podemos jugar con los juguetes de Tomás solo porque somos niñas. Vamos a demostrarles que podemos hacerlo", respondió Susi con entusiasmo. Las dos niñas se pusieron manos a la obra.
Usaron cajas viejas y cartones para construir su propio circuito de carreras. Luego, buscaron algunas muñecas y peluches y los vistieron como pilotos, ansiosas por empezar a jugar. Cuando sus padres vieron lo que habían hecho, al principio se mostraron preocupados.
"¿Qué están haciendo, chicas? Eso no son juguetes de niñas", dijo el papá con desaprobación. Pero Mia y Susi no se detuvieron. "Papá, mamá, entendemos que Tomás tiene sus juguetes, pero nosotras también queremos jugar y divertirnos de la misma forma. No creemos que los juguetes tengan género.
Queremos que vean cómo nos divertimos juntas", expresó Mia con determinación. Poco a poco, sus padres se dieron cuenta de que las niñas tenían razón. Mia y Susi estaban disfrutando de su juego de carreras, riendo y divirtiéndose como nunca.
Entonces, sus padres no pudieron evitar sonreír al verlas tan felices. "Tienen razón, chicas. Los juguetes no tienen género. Pueden jugar con lo que quieran", dijo su mamá con amor.
Desde ese día, Mia, Susi y Tomás jugaban juntos sin importar si los juguetes eran de niñas o de niños. Aprendieron que lo importante era divertirse juntos y compartir momentos felices.
Y así, Mia y Susi lograron cambiar la forma de pensar de sus padres, demostrándoles que los juguetes no tienen género, solo tienen diversión.
FIN.