El Juego Inclusivo


Había una vez un niño llamado Lucas, que asistía a una escuela especial donde todos los niños tenían diferentes discapacidades.

A pesar de su discapacidad física, Lucas siempre tenía una sonrisa en su rostro y era muy querido por sus compañeros de clase. Un día, en la clase de educación física, el profesor les dijo a los niños que jugarían al fútbol. Todos se emocionaron y comenzaron a formar equipos.

Pero Lucas se quedó sentado en su silla de ruedas, mirando con tristeza cómo sus amigos jugaban. Craig, uno de los mejores amigos de Lucas, notó la tristeza en su rostro y decidió hacer algo al respecto.

Se acercó a él y le preguntó: "Lucas, ¿te gustaría jugar al fútbol también?"Lucas levantó la mirada y respondió con entusiasmo: "¡Claro que sí! Pero no puedo correr como ustedes".

Craig sonrió y dijo: "No te preocupes, ¡inventaremos un deporte alternativo para ti!"Esa misma tarde, Craig se reunió con Lucas en el parque cercano a sus casas. Trajo consigo algunas pelotas inflables y otras cosas que había encontrado en casa. Juntos comenzaron a idear un nuevo deporte adaptado para las habilidades de Lucas.

Decidieron llamarlo "Balón Sentado". Consistía en lanzar pelotas inflables hacia unos círculos colocados estratégicamente en el campo. Cada círculo tenía un puntaje diferente dependiendo de lo cerca o lejos que estuviera del jugador.

Al día siguiente, Craig presentó la idea del "Balón Sentado" al profesor de educación física y a sus compañeros de clase. Todos estuvieron de acuerdo en probarlo, emocionados por la oportunidad de incluir a Lucas en el juego.

El profesor organizó un torneo especial de "Balón Sentado". Los equipos se formaron mezclando niños con y sin discapacidad, para que todos pudieran aprender y jugar juntos. El día del torneo llegó y había una gran expectativa en el aire. Lucas estaba emocionado pero también nervioso.

Nunca antes había jugado un deporte como ese frente a tanta gente. Cuando llegó su turno, Lucas se posicionó en su silla de ruedas cerca del primer círculo. Craig lanzó la pelota hacia él con precisión.

Lucas calculó la distancia y lanzó la pelota directo al círculo más lejano, ¡anotando el máximo puntaje! Todos los presentes estallaron en aplausos y ovaciones, animándolo a seguir adelante.

A medida que avanzaba el torneo, Lucas fue ganando confianza y habilidad en el juego. Al final del día, todos los participantes recibieron medallas por su esfuerzo y dedicación. Pero lo más importante fue ver cómo todos los niños aprendieron sobre inclusión y amistad verdadera.

Desde aquel día, el "Balón Sentado" se convirtió en una actividad regular durante las clases de educación física.

Y Lucas se convirtió en un ejemplo para todos: demostró que no importa las limitaciones físicas que uno tenga, siempre hay una forma creativa e inclusiva para disfrutar del deporte. Lucas nunca olvidaría cómo su amigo Craig inventó un deporte alternativo para él, y cómo esa experiencia le enseñó que la amistad verdadera puede superar cualquier obstáculo.

Juntos, demostraron que todos tenemos talentos y habilidades únicas, y que cada uno de nosotros merece ser incluido en todas las actividades de la vida diaria.

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