El juguete mágico y la búsqueda de la papaya


Había una vez tres niñas llamadas Yanira, Yolanda y Yuliana. Eran grandes amigas y siempre estaban juntas en el preescolar. Un día, las tres niñas decidieron ir al parque a jugar.

Antes de salir, sus mamás les prepararon un delicioso desayuno con yogur, yema de huevo y tostadas. Mientras caminaban hacia el parque, Yanira encontró un juguete en forma de yoyó en su bolsillo. "¡Miren lo que encontré!", exclamó emocionada.

Las tres niñas se pusieron a jugar con el yoyó mientras caminaban por una raya amarilla pintada en la acera. De repente, escucharon un ruido extraño detrás de los arbustos. Asustadas pero curiosas, fueron a investigar.

Para su sorpresa, encontraron a un payaso triste sentado allí. "¿Qué te pasa?" preguntó Yolanda preocupada. El payaso explicó que había perdido su papaya mágica que le daba poder para hacer reír a la gente. Las niñas decidieron ayudarlo a encontrarla.

Comenzaron buscando pistas por todo el parque hasta que finalmente vieron algo brillante debajo de un árbol: ¡era la papaya del payaso! Agradecido por su ayuda, el payaso les dio una gran sorpresa: les regaló una jarra llena de mayonesa mágica que podía cumplir cualquier deseo que tuvieran.

Las niñas no podían creerlo y pensaron cuidadosamente qué desearían hacer con ese poder especial. Decidieron usarlo para ayudar a los demás. Yanira deseó que todos los niños tuvieran juguetes para jugar.

Yolanda deseó que todos los niños tuvieran una casa donde vivir. Yuliana deseó que todos los niños pudieran ir a la escuela y aprender mucho. De repente, las palabras mágicas del payaso hicieron realidad sus deseos.

Los juguetes aparecieron en todas partes, las casas se construyeron rápidamente y las escuelas se llenaron de risas y aprendizaje. Las niñas estaban muy felices de haber hecho algo bueno por los demás.

Pero antes de despedirse, el payaso les dio un último consejo: "Recuerden que siempre pueden ayudar a otros sin necesidad de magia". Las niñas estuvieron de acuerdo y prometieron seguir siendo amigas solidarias y ayudarse mutuamente. Así, con una sonrisa en sus rostros, se despidieron del parque y regresaron a casa.

Desde ese día, Yanira, Yolanda y Yuliana siempre recordaron la importancia de ser amables con los demás y nunca olvidaron la lección que el payaso les enseñó: ¡la verdadera magia está en hacer el bien! Y así termina esta historia llena de aventuras, amistad y ayuda mutua.

Recuerda siempre ser como estas tres niñas valientes: ¡estar dispuesto a ayudar a otros te hará feliz!

Dirección del Cuentito copiada!