El Juicio de los Animales en el Bosque
Era una hermosa mañana en el bosque de Aventura. Los pájaros cantaban y los arboles bailaban suavemente con el viento. Todos los animales estaban emocionados porque al fin se iba a llevar a cabo el primer juicio del bosque, un evento muy esperado donde todos podían hacer escuchar su voz.
La causa: El burro Ramón había acusado a la astuta zorra Lila de robarle su heno. El burro, conocido por su bondad y honestidad, se sentía muy triste.
El juez del bosque era el sabio búho Don Sabio, conocido por su imparcialidad. Antes de empezar el juicio, Don Sabio reunió a todos los animales y dijo:
"Queridos amigos, hoy vamos a aprender sobre justicia. La justicia significa que todos debemos escuchar y respetar a los demás. Vamos a prestar atención a ambos lados de la historia antes de tomar una decisión."
El juicio comenzó y Ramón, con voz temblorosa, expuso su caso:
"¡Yo solo quiero recuperar mi heno! La zorra Lila lo tomó sin permiso y eso no está bien."
Lila, con su movimiento elegante, respondió:
"¿Robar? ¡Para nada! Solo le pedí un poco de heno prestado porque tenía mucha hambre y no pensé que le molestaría."
Los otros animales empezaron a murmurar. La tortuga, que era muy respetada por su sabiduría, pidió la palabra:
"Esperen un momento. Tal vez Lila no pensó que estaba haciendo algo malo, pero eso no significa que esté bien. También debemos tener en cuenta que el heno es muy importante para Ramón."
Todos los animales en la corte pensaron en eso. Don Sabio, escuchando atentamente, decidió que era el momento de encontrar una solución justa.
"¡Espera! Quiero que ambos, Ramón y Lila, reflexionen sobre lo que cada uno siente. Ramón, ¿cómo te sentirías si alguien se lleva algo tuyo sin preguntar?"
"Me sentiría muy triste y frustrado, porque ese heno es todo lo que tengo para comer."
"Y tú, Lila, ¿cómo te sentirías si Ramón no te hubiera dejado compartir su heno cuando tenías hambre?"
"Me sentiría muy triste. Solo quería un poco para saciar mi hambre, pero no quería lastimarlo."
El ambiente en la sala cambió. Ambos, Ramón y Lila, empezaban a entender el punto de vista del otro. Don Sabio continuó:
"La justicia no solo se trata de castigar, sino de comunicarnos y encontrar soluciones. ¿Qué pasaría si Lila ayudara a Ramón a recolectar más heno a cambio de un poco de lo que toma prestado? Así, ambos están felices."
Ramón sonrió, y Lila saludó a la idea con entusiasmo:
"¡Eso me parece genial! ¡Podemos ser amigos y compartir el heno!"
Don Sabio finalizó:
"Entonces, lo que hemos aprendido hoy es que la comunicación es clave para resolver los problemas. Así que, el veredicto es que Lila debe ayudar a Ramón, y ambos deben establecer algunas reglas para compartir en el futuro. ¿Están de acuerdo?"
"¡Sí, sí, sí!" - gritaron todos los animales, con el eco resonando en el bosque.
Así, el burro Ramón y la zorra Lila sellaron su acuerdo con un apretón de patas. Desde ese día, su amistad floreció, y el bosque aprendió que a veces el diálogo es la mejor solución. El juicio de los animales del bosque se volvió una tradición, celebrando la justicia y la armonía entre todos).
Y así, todos los años se recordaba esa histórica mañana, donde el bosque aprendió que la justicia no es solo castigar, sino comprender y vivir en paz.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.