El juicio del lobo feroz
Érase una vez en el bosque Encantado, el lobo feroz fue acusado de haber asustado a tres cerditos, de haberse comido a la abuelita de Caperucita Roja y de haber intentado llevarse a la oveja negra. Todos en el bosque estaban convencidos de su culpabilidad, pero el lobo sabía que era inocente. Decidió que necesitaba demostrarlo y se presentó ante un juicio justo. El tribunal del bosque estaba compuesto por el sabio búho, el valiente león y la simpática ardilla.
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El lobo feroz pidió la oportunidad de defenderse y con valentía explicó que en realidad no había asustado a los cerditos, sino que solo quería hacerles una visita para pedirles azúcar para su pastel. Los cerditos, asustados por su reputación, no le habían dado la oportunidad de explicarse. El sabio búho escuchó atentamente sus argumentos y decidió investigar más a fondo.
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Descubrieron que la abuelita de Caperucita Roja había sido asustada por un oso travieso que había entrado a su casa en busca de miel, no por el lobo feroz. Además, la oveja negra admitió que se había tropezado con una raíz y el lobo solo había intentando ayudarla. Los animales del bosque se sorprendieron al conocer la verdad y se dieron cuenta de que habían juzgado al lobo sin pruebas suficientes.
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Finalmente, el sabio búho declaró al lobo feroz como inocente y pidió disculpas en nombre de todos los habitantes del bosque. El lobo feroz, con lágrimas en los ojos, agradeció la oportunidad de limpiar su nombre y prometió ser más cuidadoso en el futuro para no asustar a nadie. Desde ese día, el lobo feroz se convirtió en un defensor de la justicia en el bosque Encantado, ayudando a resolver problemas y demostrando que todos merecen una segunda oportunidad.
FIN.