El Kappa y el Coraje de los Niños



En un pequeño pueblo rodeado de ríos y estanques, se contaban historias sobre un extraño ser que habitaba en las profundidades del agua: el Kappa. Los adultos advertían a los niños sobre el peligro de acercarse a la orilla, contando que el Kappa podía arrastrarlos hacia el fondo y devorarlos. Pero los niños, llenos de curiosidad, decidieron descubrir la verdad.

Un día, dos amigos llamados Lucas y Sofía se acercaron al río, intrigados por las historias.

"¿Y si el Kappa no es tan malo como dicen?" - preguntó Sofía, entusiasmada.

"Tal vez solo busca compañía. Podríamos intentar hablar con él" - sugirió Lucas, decidido a no dejarse llevar por los miedos.

Los niños decidieron construir un pequeño bote y navegar por el río, llevando con ellos una ofrenda de frutas y un dibujo que habían hecho. Mientras se adentraban en el agua, el sol brillaba intensamente, y su valentía los impulsaba a seguir.

Al poco tiempo, el Kappa apareció, emerge del agua con su piel verde y su caparazón. Aunque tenía una mirada feroz, los niños no se dejaron intimidar.

"¿Quiénes son ustedes, pequeños intrusos?" - preguntó el Kappa con voz grave.

"Venimos a conocerte, Kappa. No queremos hacerte daño, solo queríamos ofrecerte estas frutas y compartir una historia" - dijo Lucas con firmeza.

El Kappa se sorprendió. No esperaba que los humanos le hablaran así.

"¿Por qué querrían hacer eso? La mayoría solo me temen" - murmuró, sintiéndose un poco triste.

Sofía, entendiendo su tristeza, se acercó y le dijo:

"Quizás solo necesitas amigos. Todos en el pueblo hablan de ti como un monstruo, pero no creo que seas malo. ¿Por qué no nos cuentas tu historia?"

El Kappa, intrigado y conmovido por la valentía de los niños, decidió compartir su historia. Narró cómo había sido un guardián del río y cómo había perdido su hogar debido a la contaminación.

"La gente ya no viene aquí, y a veces me siento solo. Me asusto cuando los humanos se acercan porque no sé cómo reaccionarán. Me creían un monstruo, así que me convertí en uno" - confesó el Kappa.

Lucas y Sofía se miraron, dándose cuenta de que debían ayudarlo.

"Podemos hacer algo por vos. Haremos que los demás conozcan tu verdad y ayudar a cuidar el río" - propuso Lucas.

El Kappa sonrió, una sonrisa auténtica que iluminó su rostro.

"¿De verdad harían eso por mí?"

"¡Sí!" - dijo Sofía emocionada. "Juntos, podemos enseñarle a la gente lo importante que es cuidar del agua y de sus guardianes".

A partir de ese día, los niños se convirtieron en los embajadores del río. Organizaron limpiezas, talleres sobre la importancia del agua y compartieron la historia del Kappa. Pronto, los adultos comenzaron a ver al Kappa de una manera diferente.

El Kappa, por su parte, decidió convertirse en el protector del bosque y el río. Cada vez que los niños venían, les contaba sobre los secretos del agua y les mostraba cómo cuidar de su hogar.

Con el tiempo, el pueblo se llenó de vida, con el Kappa convirtiéndose en un amigo querido de todos. Los miedos se disiparon y una nueva amistad floreció entre los humanos y el espíritu del agua, recordando que a veces, lo que parece aterrador puede ser solo un corazón que busca compañía.

Lucas y Sofía aprendieron que la valentía no solo está en enfrentar el miedo, sino también en tender la mano a quienes parecen diferentes. Juntos, crearon un cambio en su pueblo, llenándolo de amor y cuidado por la naturaleza.

Y así, el Kappa dejó de ser una leyenda temida y se convirtió en el héroe del pueblo, recordando a todos que la amistad y la comprensión pueden cambiar el mundo.

FIN.

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