El Laberinto de Queso
Hace mucho tiempo, en un país lejano y lleno de colores vivos, vivían dos ratones traviesos, Snif y Scary, y dos pequeñas personitas llamadas Gen y Jóg. Todos soñaban con encontrar el mejor queso del mundo, que les prometía felicidad y energía. Pero había un gran desafío: el queso estaba escondido al final de un laberinto enredado y misterioso.
Una mañana soleada, Snif, que siempre olfateaba las mejores pistas, propuso a su amigo Scary:
"¡Scary! Hoy es el día perfecto para buscar el queso. Siento que está cerca."
"Sí, pero no olvidemos a Gen y Jóg. ¡Son nuestros amigos!"respondió Scary, con su voz suave y decidida.
Así que los cuatro se reunieron y decidieron formar un equipo. Juntos, se adentraron en el laberinto.
Al principio, el laberinto parecía fácil. Pasaban por pasillos iluminados y se reían mientras jugaban al escondite. Pero pronto los caminos comenzaron a torcerse y se sintieron un poco perdidos. Snif olfateó el aire y dijo,
"Creo que hay un camino por aquí. ¡Sigo el olor!"
Gen, que era muy astuto, sugirió:
"Espera, Snif. Tal vez deberíamos dividirnos y explorar diferentes direcciones. Así será más rápido."
"Pero podríamos perdernos aún más" comentó Jóg, un poco nervioso.
"No se preocupen", dijo Scary con confianza. "Siempre podemos volver a unirnos aquí. La comunicación es clave."
Así que, sin perder tiempo, cada uno tomó una dirección. Snif y Scary se fueron juntos, mientras Gen y Jóg eligieron el camino opuesto. Mientras corrían, Snif continuaba siguiendo el olor, pero Scary afirmó,
"Espera, Snif. A veces, no se trata solo del olor, sino también de observar a nuestro alrededor. Veamos aquel arbusto, ¡tal vez oculta algo!"
Y efectivamente, detrás del arbusto encontraron un pequeño mapa.
"¡Increíble! Esto nos ayudará a encontrar el queso más rápido" exclamó Snif.
Mientras tanto, Gen y Jóg descubrieron un grupo de obstáculos: un pequeño río y algunas ramas caídas.
"Vamos, Jóg. No podemos rendirnos. Si formamos una cadena, podemos pasar juntos" sugirió Gen.
Jóg, sintiéndose menos nervioso, asintió. Juntos, formaron una línea, y uno a uno pasaron el río, animándose mutuamente.
Cuando se reunieron en el punto de encuentro, todos se miraron con sonrisas.
"¡He encontrado un mapa!" dijo Snif emocionado, mostrando el trozo de papel.
"¡Perfecto!" respondió Gen, "Sigamos el mapa, pero siempre colaborando".
Armados con el mapa y el abrazadero de su amistad, continuaron su aventura. Pasaron laberintos oscuros y escalones resbaladizos. En cada obstáculo, se ayudaban mutuamente. Scary guiaba el camino, Snif olfateaba pistas, Gen pensaba en soluciones creativas y Jóg brindaba apoyo moral.
Después de un tiempo, el mapa mostró que estaban cerca de su destino. Sin embargo, a medida que se acercaban al lugar, se dieron cuenta de que había una puerta enorme y cerrada que bloqueaba su camino. Scary, que siempre había sido muy amable, sugirió:
"Seguro que hay una manera de abrirla. ¿Qué tal si buscamos algo que nos ayude?"
Cada uno pensó y buscó lo que tenían a mano. Gen recordó que había visto una piedra grande en su camino.
"Si empujamos esta piedra juntos, tal vez logremos abrir la puerta" dijo.
"¡Sí, hagámoslo!" exclamó Jóg, sintiéndose más valiente ahora. Todos juntos empujaron la piedra y, para su sorpresa, ¡la puerta se abrió!
Al atravesarla, encontraron un enorme salón con el queso más delicioso que jamás habían visto.
"¡Lo logramos!" gritaron todos al unísono.
Mientras disfrutaban del queso, comprendieron que su verdadero logro no fue solo encontrar la deliciosa comida, sino el trabajo en equipo, la amistad y la valentía que habían mostrado en el camino.
"Nunca pensé que podría hacer esto sin ustedes", confesó Jóg.
"Nos ayudamos todos juntos. Eso es lo que importa" dijo Gen, y los cuatro celebraron.
Al final, todos aprendieron que enfrentar los desafíos en equipo era la forma más mágica de alcanzar sus sueños.
Desde ese día, el laberinto ya no les parecía tan aterrador. Todo lo contrario: ¡era un lugar lleno de aventuras por descubrir juntos!
FIN.