El lago de la amistad
Había una vez un patito llamado Panchito que vivía en un hermoso lago rodeado de árboles y flores. A pesar de ser muy simpático, siempre se sentía triste porque no podía hacer amigos.
Los demás animales del lago lo ignoraban y eso le hacía sentir muy solo. Un día, mientras caminaba por la orilla del lago, Panchito escuchó un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Curioso, decidió investigar y se adentró entre los árboles.
Fue entonces cuando encontró a un pequeño perrito jugando con una pelota. - ¡Hola! -dijo Panchito emocionado-. Soy Panchito, ¿y tú? El perrito levantó la cabeza y movió su cola al ver al patito acercándose.
- ¡Guau! Soy Rocky, el perro más divertido del bosque -respondió el perrito con entusiasmo-. ¿Quieres jugar conmigo? Panchito asintió emocionado y comenzaron a jugar juntos. Saltaron, corrieron y se divirtieron durante horas.
Ese día, Panchito no se sintió solo ni triste por primera vez en mucho tiempo. A partir de ese momento, Panchito y Rocky se volvieron mejores amigos inseparables. Juntos exploraban el bosque en busca de aventuras emocionantes.
Con cada día que pasaba, la amistad entre ellos crecía más fuerte. Un día soleado, mientras caminaban cerca del lago, vieron a unos patitos nadando tristemente en el agua. - ¿Qué les pasa? -preguntó Panchito preocupado. - Nos sentimos solos y no podemos hacer amigos -respondieron los patitos con tristeza.
Panchito se acercó a ellos y les dijo:- ¡No se preocupen! Yo también me sentía así hasta que encontré a mi mejor amigo, Rocky. Él me enseñó que la verdadera amistad está en el corazón, no importa si somos diferentes.
Rocky se acercó también y les propuso jugar juntos. Los patitos aceptaron emocionados y rápidamente formaron un círculo de amigos.
Desde ese día, todos los animales del lago aprendieron la importancia de aceptar a los demás tal como son. La noticia sobre la amistad entre Panchito, Rocky y los patitos se extendió por todo el bosque. Pronto, otros animales comenzaron a acercarse para unirse al grupo de amigos.
Había conejitos, ardillas e incluso aves exóticas que habían encontrado en su viaje migratorio. Así, el lago se convirtió en un lugar lleno de risas, juegos y amistades increíbles.
Panchito nunca volvió a sentirse solo porque había descubierto que ser diferente era algo especial y que siempre habría alguien dispuesto a ser su amigo. Y así termina nuestra historia del patito Panchito, quien gracias a su valentía y amor por las diferencias logró encontrar la verdadera amistad junto a Rocky y muchos otros animales maravillosos.
Recuerda siempre valorar las diferencias de los demás porque ahí es donde radica la belleza del mundo.
FIN.