El lago de los deseos



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un lago mágico conocido como el lago de los deseos. La leyenda decía que si una persona lanzaba una moneda al lago y pedía su deseo con toda sinceridad, éste se cumpliría. Sin embargo, el lago guardaba un oscuro secreto. Al atardecer, cuando las sombras se alargaban, el lago se volvía oscuro y extrañas criaturas emergían de sus aguas. Pero nadie en el pueblo sabía de esta oscura faceta del lago.

Un día, tres amigos llamados Lucas, Sofía y Juan decidieron explorar el lago de los deseos. Llegaron al borde del lago al atardecer, sin saber del oscuro secreto que guardaba. "¿Qué les parece si probamos si es cierto que los deseos se cumplen aquí?", propuso Lucas. Los otros dos estuvieron de acuerdo y sacaron unas monedas de sus bolsillos para lanzar al agua.

Cuando lanzaron las monedas al lago y pidieron sus deseos, algo extraordinario sucedió. Las aguas comenzaron a brillar con una luz mágica y una voz resonó en sus cabezas, diciendo: "Aquellos que con sinceridad pidan sus deseos, deben estar dispuestos a enfrentar sus miedos más profundos". Intrigados pero emocionados, los tres amigos esperaron a ver qué sucedería.

De repente, el lago se oscureció y extrañas criaturas emergieron de sus aguas. Lucas, Sofía y Juan sintieron miedo, pero recordaron las palabras de la voz mágica. Decidieron enfrentar a las criaturas con valentía, hasta que las criaturas se desvanecieron y el lago recuperó su brillo mágico.

Entonces, entendieron el oscuro secreto del lago de los deseos: solo aquellos dispuestos a enfrentar sus miedos más profundos podrían ver sus deseos cumplidos. Aunque asustados, los tres amigos se abrazaron, sabiendo que habían descubierto algo especial. A partir de ese día, siempre recordaron que los deseos verdaderos requieren valentía y determinación.

FIN.

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