El lago mágico de Rebecca y Iker
Había una vez una niña llamada Rebecca, de 4 años, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de árboles y montañas. Rebecca tenía un perro llamado Iker, un labrador color chocolate muy juguetón y cariñoso.
Un día soleado, Rebecca y Iker decidieron salir a explorar el bosque cercano a su casa. Estaban tan emocionados que no podían contener la alegría que les invadía mientras corrían por los senderos entre los árboles altos y frondosos.
- ¡Mira, Iker! ¡Hay un puente colgante! -exclamó Rebecca señalando hacia adelante. Iker movió la cola emocionado y juntos cruzaron el puente con valentía. Al otro lado, se encontraron con una sorpresa: un hermoso lago cristalino donde patos nadaban tranquilamente.
- ¡Qué bonito es este lugar! -dijo Rebecca maravillada. De repente, escucharon un ruido proveniente del bosque. Era un pajarito atrapado en una red abandonada. Sin dudarlo, Rebecca y Iker corrieron a ayudarlo.
- Tranquilo pajarito, te sacaremos de aquí -susurró Rebecca mientras liberaba al ave con cuidado. El pajarito revoloteó felizmente en libertad y cantó alegremente como si les estuviera agradeciendo. A partir de ese momento, se convirtieron en amigos inseparables.
La tarde llegaba a su fin y el sol comenzaba a ocultarse tras las montañas. Rebecca y Iker emprendieron el regreso a casa con el corazón lleno de felicidad por todas las aventuras vividas juntos ese día.
Al llegar a casa, la mamá de Rebecca les recibió con una sonrisa cálida y les preparó una deliciosa merienda para reponer fuerzas después de su gran día de exploración.
Rebecca se acurrucó junto a Iker frente al fuego crepitante en la chimenea y pensó en lo afortunada que era por tener un amigo tan leal como él. Sabía que siempre podrían contar el uno con el otro en cada aventura que decidieran emprender juntos.
Y así terminó este día inolvidable para Rebecca e Iker, deseando que muchas más aventuras esperaran por ellos en el futuro. Porque cuando tienes amor, valentía y amistad como ellos dos tenían, cualquier desafío puede convertirse en la mejor experiencia de tu vida.
FIN.