El lápiz encantado de Paula



En un pequeño pueblo de Argentina, vivía Paula, una niña muy creativa y soñadora. A Paula le encantaba dibujar y pintar en todas partes: en las paredes, en sus cuadernos e incluso en la tierra del jardín.

Sin embargo, había algo que a Paula no le gustaba tanto: el uniforme escolar. Todos los días, antes de ir al colegio, Paula debía ponerse su uniforme azul y blanco.

Aunque a ella le gustaba vestirse con ropa colorida y llena de dibujos, sabía que era importante seguir las reglas del colegio. Pero un día, mientras estaba haciendo sus tareas en casa, se dio cuenta de algo increíble.

- ¡Mamá, mamá! ¡Mira lo que encontré en mi caja de lápices! -exclamó Paula emocionada. Su madre se acercó curiosa y vio lo que Paula sostenía entre sus manos: un lápiz mágico con destellos dorados. - ¿Qué es eso? -preguntó su madre sorprendida.

- No lo sé, pero creo que es especial. Voy a probarlo con mi tarea de dibujo -dijo Paula entusiasmada. Paula tomó una hoja en blanco y comenzó a dibujar con el lápiz mágico.

Para su sorpresa, todo lo que dibujaba cobraba vida: los árboles bailaban al ritmo del viento, los animales corrían libres por el papel y las nubes parecían flotar sobre su cabeza. - ¡Es increíble! ¡Este lápiz es mágico! -exclamó Paula emocionada.

Desde ese día, cada vez que tenía que usar su uniforme escolar para ir al colegio, Paula usaba su lápiz mágico para hacerle divertidos diseños. Así transformaba su aburrido uniforme azul y blanco en una obra de arte única y especial.

Un día, durante el recreo en el colegio, los compañeros de clase de Paula se acercaron curiosos a ver su nuevo diseño en el uniforme. Todos quedaron maravillados al ver cómo los colores brillaban y se movían como si estuvieran vivos.

- ¡Paula, tu uniforme es genial! ¿Cómo hiciste eso? -preguntó uno de sus amigos asombrado. - Es un secreto mágico -respondió Paula con una sonrisa traviesa. A partir de ese día, todos los niños del colegio querían tener un diseño único en sus uniformes.

Entonces Paula decidió ayudarlos usando su lápiz mágico para crear hermosos diseños personalizados para cada uno. Gracias al talento y la creatividad de Paula, el colegio se llenó de color y alegría.

Los niños aprendieron a valorar la importancia de expresarse a través del arte y descubrieron que la magia puede estar en cualquier lugar si sabemos buscarla con el corazón abierto.

FIN.

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