El Lápiz Mágico Perdido




Ana era una niña muy creativa a la que le encantaba dibujar. Tenía un lápiz mágico que le regaló su abuela, y con él podía dar vida a sus sueños en el papel. Un día, al levantarse de su escritorio, descubrió que el lápiz mágico había desaparecido. Buscó por todas partes, pero no logró encontrarlo.

- ¡Mamá, mamá! ¡Mi lápiz mágico ha desaparecido! - exclamó Ana con preocupación.

- Tranquila, cariño, seguro que está por algún lado - respondió su mamá con cariño, intentando calmar a Ana.

Ana decidió buscar en toda la casa, miró debajo de la cama, en el patio, en el jardín, pero el lápiz mágico no aparecía por ningún lado.

- Papá, ¿has visto mi lápiz mágico en algún lugar? - preguntó Ana con tristeza.

- Lo siento, hija, no lo he visto. Pero seguramente aparecerá en algún momento - dijo su papá intentando animarla.

Ana estaba muy triste. Sin su lápiz mágico, no podría seguir dibujando sus maravillosos sueños. Pero, de repente, recordó algo que su abuela siempre le decía: 'Cuando las cosas se ponen difíciles, es cuando más necesitamos usar nuestra imaginación'.

Con estas palabras en mente, Ana decidió no rendirse. En lugar de buscar el lápiz mágico, se sentó en su escritorio y tomó un lápiz común y corriente. Cerró los ojos, respiró hondo y comenzó a dibujar. Dibujó un hermoso jardín lleno de flores y mariposas, un castillo en las nubes y un tren mágico que la llevaba a lugares increíbles. A medida que dibujaba, su imaginación cobraba vida y todo lo que plasmaba en el papel se convertía en realidad en su mente.

Días pasaron y, para su sorpresa, Ana descubrió que no necesitaba el lápiz mágico para seguir creando. Su imaginación era la verdadera magia, y con ella podía dar vida a sus sueños sin límites. Aunque extrañaba su lápiz mágico, descubrió que su creatividad no tenía fronteras y que podía seguir dibujando un mundo de maravillas con cualquier herramienta. Y quien sabe, tal vez un día el lápiz mágico decidiera regresar a su lado.

Finalmente, Ana comprendió que la verdadera magia estaba en su interior, en su imaginación y creatividad. A partir de entonces, continuó dibujando sus sueños con su lápiz común, sabiendo que la magia siempre estaría dentro de ella.

FIN.

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