El Lápiz Olvidado



En un pueblo muy alegre y colorido, vivía un lápiz llamado Panchito. Solía ser el favorito de todos los habitantes, quienes lo usaban para dibujar, escribir y colorear. Pero un día, las cosas empezaron a cambiar. La tecnología llegó al pueblo, y con ella, todos comenzaron a usar computadoras y tabletas, olvidando al pobre Panchito. Esto lo puso muy triste, ya que nadie parecía necesitarlo más.

Panchito se quedaba solo en un rincón, viendo cómo todos preferían los dispositivos eléctricos. Esto lo entristecía mucho, pero cada noche se repetía a sí mismo: “Algún día, las personas se darán cuenta de lo importante que soy”.

Un día, mientras Panchito estaba en su rincón, se fue el servicio eléctrico en todo el pueblo. Las personas se quedaron sin luz, sin computadoras, sin televisión, ¡sin nada que funcionara con electricidad! Al principio, todos estaban preocupados, pero luego recordaron al viejo lápiz.

-¡Oh no, no podemos escribir ni dibujar sin electricidad! -dijo un niño con voz preocupada.

-¡Sí! ¡Qué haremos sin nuestras tablets y teléfonos! -exclamó una niña con angustia.

Panchito, que había estado escuchando desde su rincón, no podía creer lo que estaba pasando. De repente, las personas volvían a buscarlo.

Rápidamente, salió de su escondite y dijo con entusiasmo:

-¡Aquí estoy! ¡Yo puedo ayudarlos a escribir, dibujar y colorear! ¡No necesitan electricidad para disfrutar de las cosas simples y hermosas de la vida!

Las personas, al escucharlo, se alegraron. Comenzaron a pedirle a Panchito que los ayudara a dibujar y a escribir. El lápiz se sintió muy contento de ser útil nuevamente.

Pasaron horas y horas, y todos disfrutaron de la compañía y el talento de Panchito. Cuando finalmente el servicio eléctrico volvió, las personas agradecieron al lápiz por recordarles lo importante que era. Desde ese día, Panchito volvió a ser valorado y querido por todos en el pueblo.

Y así, el lápiz comprendió que, aunque la tecnología era útil, siempre habría un lugar especial en el corazón de las personas para las cosas simples y tradicionales como él.

FIN.

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