El lazo de amistad en la playa



En una soleada mañana de verano, en una hermosa playa argentina, dos niños llamados Martina y Alejo se conocieron mientras construían castillos de arena. Martina tenía el pelo largo y oscuro, con ojos brillantes como el mar, y Alejo tenía pecas en la cara y una sonrisa traviesa. Al principio, estaban tímidos, pero pronto descubrieron que les encantaba jugar juntos.

Martina y Alejo pasaron el día saltando olas, buscando caracoles y construyendo castillos cada vez más grandes. Se divertían tanto que ni siquiera notaron cómo el sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte.

Al acercarse la hora de irse, Martina y Alejo se miraron con tristeza. "No quiero irme, me divertí mucho contigo", dijo Martina con un nudo en la garganta. "Yo tampoco quiero que te vayas, Martina. ¿Qué vamos a hacer?", respondió Alejo con una mueca de preocupación.

Las mamás de Martina y Alejo, que estaban observando a lo lejos, se acercaron. Al escuchar lo que los niños sentían, decidieron intercambiar números de teléfono para que pudieran seguir viéndose. Los niños se abrazaron con alegría al saber que no tenían que despedirse para siempre.

Desde ese día, Martina y Alejo se volvieron inseparables. Se enviaban mensajes, tenían video llamadas y, siempre que podían, se encontraban en la playa para seguir jugando y descubriendo nuevas aventuras juntos. Aprendieron que la amistad puede superar cualquier distancia y que los lazos verdaderos siempre permanecen fuertes.

Y así, en esa playa, una hermosa amistad floreció, recordándoles a todos que los verdaderos amigos siempre encuentran la forma de estar juntos, sin importar qué.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!