El legado de Fuego



Había una vez en un lejano reino un dragón llamado Brago, que era conocido por su gran bondad y sabiduría.

Vivía en lo alto de una colina, protegiendo a los habitantes del reino con su aliento de fuego que solo usaba para calentar sus hogares en invierno. Un día, Lola, una niña curiosa y valiente, decidió emprender un viaje hacia la colina donde vivía el dragón.

Había escuchado muchas historias sobre él y quería conocerlo personalmente para pedirle un favor especial. Al llegar a la colina, Lola se encontró con Brago, quien la recibió amablemente y le preguntó cuál era su deseo.

Con voz temblorosa pero firme, Lola le pidió un —"cuentodeunbrago" , algo que nunca antes había escuchado nadie en el reino. Brago se sorprendió por la petición de Lola y le dijo: "¡Qué interesante pedido! Nunca antes me han solicitado algo así".

Sin embargo, aceptó el desafío y comenzó a contarle a Lola una historia mágica sobre las aventuras de un pequeño dragón llamado Fuego que quería aprender a volar alto en el cielo. "Fuego vivía en una cueva junto a su familia de dragones.

Desde pequeño soñaba con surcar los cielos como las águilas y sentir la libertad que solo los pájaros conocen", relató Brago mientras mantenía cautiva la atención de Lola. "Un día, decidido a alcanzar su sueño, Fuego se lanzó desde lo más alto de una montaña.

A pesar del miedo que sentía en su pecho ardiente, extendió sus alas y comenzó a volar cada vez más alto", continuó Brago emocionando aún más a Lola.

La historia continuaba con Fuego enfrentando diversos desafíos durante su travesía por los cielos hasta finalmente lograr volar tan alto como siempre había deseado. Al terminar el relato, Brago miró a Lola con cariño y le dijo: "Recuerda siempre seguir tus sueños con valentía y determinación".

Lola estaba maravillada por la historia que había escuchado e inspirada por las palabras sabias del dragón Brago.

Agradeció profundamente por el —"cuentodeunbrago"  tan especial que había recibido y regresó al pueblo llevando consigo no solo esa hermosa historia, sino también el mensaje de nunca rendirse ante los obstáculos. Desde ese día, Lola compartió la historia del pequeño dragón Fuego con todos los niños del reino para recordarles que cada uno tiene dentro de sí mismo la fuerza necesaria para alcanzar sus sueños más anhelados.

Y así, gracias al encuentro entre una niña valiente y un sabio dragón bondadoso como Brago, todos aprendieron juntos importantes lecciones sobre coraje, perseverancia y amistad.

FIN.

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