El legado de las papas mágicas
Había una vez un niño llamado Peso Pluma, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Peso Pluma era muy fanático del fútbol y soñaba con ser como sus ídolos: Messi, Ronaldo y Neymar.
Un día, mientras caminaba por el campo de su abuelo, encontró unas semillas mágicas. Sin pensarlo dos veces, decidió plantarlas en el jardín de su casa.
Para su sorpresa, al día siguiente las semillas habían crecido enormemente y se habían convertido en papas gigantes. Peso Pluma no podía creer lo que veía y decidió llamar a sus amigos Messi, Ronaldo y Neymar para mostrarles el increíble descubrimiento.
Los tres futbolistas llegaron rápidamente al jardín de Peso Pluma y quedaron impresionados con las papas gigantes. - ¡Es asombroso! - exclamó Messi. - Nunca había visto algo así - dijo Ronaldo. - Parecen sacadas de otro mundo - añadió Neymar.
Decidieron investigar más sobre estas papas mágicas y se dieron cuenta de que cada una tenía poderes únicos. La primera papa les otorgaba velocidad sobrenatural, la segunda les daba fuerza descomunal, la tercera les permitía saltar alturas inimaginables, la cuarta les concedía habilidades extraordinarias para regatear y la quinta papa los hacía invisibles.
Con emoción en sus ojos, los cuatro amigos decidieron utilizar estos poderes para hacer el bien en su comunidad. Juntos formaron un equipo llamado "Los Súper Futbolistas" y prometieron usar sus poderes para ayudar a quienes más lo necesitaban.
Su primera misión fue rescatar a un gatito que estaba atrapado en un árbol muy alto. Messi utilizó su habilidad de salto para llegar hasta el minino, mientras Ronaldo usaba su fuerza para sostenerlo y bajarlo con seguridad.
Neymar corrió a toda velocidad para buscar una caja donde poner al gato y Peso Pluma se volvió invisible para tranquilizar al asustado animalito. A medida que pasaba el tiempo, Los Súper Futbolistas se hicieron populares en todo el pueblo.
No solo ayudaban a los animales, sino también a las personas mayores con tareas pesadas, como llevar bolsas de compras o limpiar sus jardines.
Un día, mientras entrenaban en el campo de fútbol del pueblo, una banda de niños malvados llegó y comenzaron a molestarlos. Los cuatro amigos intentaron razonar con ellos, pero los chicos malos no querían escuchar. - ¡Nosotros somos más fuertes que ustedes! - gritó uno de ellos.
- ¡Síganme si se atreven! - desafió otro. Pero Los Súper Futbolistas no se dejaron intimidar.
Utilizando sus poderes mágicos, Messi les demostró su velocidad sobrenatural esquivando todos los ataques; Ronaldo mostró su fuerza descomunal levantando a uno de los chicos malos con facilidad; Neymar regateaba entre ellos como si estuviera jugando un partido importante; y Peso Pluma apareció por sorpresa detrás del líder de la banda y lo hizo caer al suelo sin que se diera cuenta.
Los chicos malos, asombrados por la valentía y habilidades de Los Súper Futbolistas, decidieron cambiar su actitud y convertirse en buenos amigos. A partir de ese día, todos trabajaron juntos para ayudar a los demás y mantener el pueblo seguro y feliz.
Y así, Peso Pluma, Messi, Ronaldo, Neymar y las papas mágicas enseñaron a todos que no importa cuán pequeños o diferentes podamos ser; cuando nos unimos y utilizamos nuestras habilidades para hacer el bien, podemos lograr cosas extraordinarias.
Desde aquel día, Los Súper Futbolistas continuaron siendo héroes en su comunidad y dejaron una huella imborrable en el corazón de cada persona que conocieron. Y aunque las papas mágicas desaparecieron con el tiempo, su espíritu de solidaridad y trabajo en equipo siempre permaneció vivo.
FIN.