El legado de Luis Alfredo



Había una vez un hombre llamado Luis Alfredo, que era el hermano mayor de 8 hermanos. Era un hombre muy trabajador y siempre se preocupaba por su familia.

Un día, mientras celebraban su cumpleaños número 50 en casa de sus padres, sus hijos y nietos le preguntaron:- Papá, ¿cómo lograste ser tan exitoso en la vida? Luis Alfredo sonrió y les dijo:- Bueno chicos, no fue fácil.

Cuando era joven tuve que trabajar muy duro para ayudar a mis padres a mantener a nuestra familia. A veces tenía dos o tres trabajos al mismo tiempo para poder pagar las cuentas. - Pero papá -dijo su hija-, eso suena muy difícil. - Lo fue -respondió Luis Alfredo-.

Pero nunca dejé de creer en mí mismo y siempre mantuve mi objetivo en mente: darle lo mejor a mi familia. Los niños escuchaban atentamente mientras comían pastel de cumpleaños.

- Y luego -continuó Luis Alfredo-, cuando me casé con mamá, seguimos trabajando juntos para construir una vida mejor para nosotros y nuestros hijos. Siempre planificamos nuestro futuro cuidadosamente e hicimos sacrificios necesarios para alcanzar nuestras metas. Sus nietos parecían impresionados por la historia de su abuelo.

- Y ahora -concluyó Luis Alfredo-, aquí estamos celebrando mi cumpleaños rodeados de amor y felicidad gracias al trabajo duro que hemos hecho todos juntos como familia.

Después del discurso inspirador de Luis Alfredo, los niños decidieron seguir sus pasos trabajando duro cada día para alcanzar sus sueños y hacer felices a quienes más aman.

Y así, la familia de Luis Alfredo continuó creciendo y prosperando, siempre recordando las lecciones de su patriarca sobre el valor del trabajo duro y el amor incondicional por la familia.

FIN.

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