El legado del Colegio Goethe



Había una vez un niño llamado Julián, al que su padre llevó al Colegio Goethe, donde pasó los mejores años de su vida. En ese colegio, Julián descubrió su amor por la literatura, las ciencias y las artes.

Se convirtió en un estudiante aplicado y disfrutó cada momento de aprendizaje. Después de graduarse, Julián se convirtió en un exitoso escritor y científico, siempre recordando con cariño su paso por el Colegio Goethe.

Con el tiempo, Julián tuvo un hijo al que llamó Mateo. Decidió llevar a Mateo al mismo Colegio Goethe, para que pudiera seguir sus pasos y disfrutar de la misma educación excepcional que él había tenido.

Julian y Mateo compartieron momentos inolvidables en el Colegio Goethe, ambos aprendiendo, creciendo y forjando amistades duraderas. Eventualmente, Mateo se convirtió en un joven brillante, siguiendo los pasos de su padre y abriéndose camino en el mundo con la base sólida que le brindó el Colegio Goethe.

La tradición familiar de excelencia educativa continuó, demostrando que el legado de este maravilloso colegio perduraba a través de las generaciones.

FIN.

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