El legado del sparring
Robertito era un chico de 8 años que vivía en Buenos Aires con su madre. Era un niño muy estudioso y trabajador, siempre se esforzaba al máximo para sacar las mejores notas en la escuela.
Un día, mientras estaba haciendo sus tareas, Robertito encontró una foto vieja de su papá. Se sorprendió al ver lo fuerte y musculoso que era su padre.
Aunque nunca había conocido a su papá, Robertito admiraba la fuerza y el coraje que mostraba en esa foto. Decidió investigar más sobre su padre y descubrió que había sido sparring de Jack Dempsey, el famoso campeón mundial de boxeo.
Robertito se emocionó al saber esto y decidió seguir los pasos de su padre convirtiéndose en un gran boxeador. Le pidió a su mamá que lo inscribiera en una academia de boxeo cercana a casa.
Al principio fue difícil para él aprender los movimientos correctos pero no se rindió, practicaba todos los días después del colegio hasta altas horas de la noche. Un día, durante una competencia escolar, uno de sus compañeros comenzó a burlarse porque no tenía padre. Robertito se sintió triste pero no dejó que eso lo detuviera.
En vez de eso, le dijo:"No necesito tener un papá presente para ser feliz o exitoso. Mi mamá me ha enseñado todo lo que sé hasta ahora y estoy seguro de que mi papá estaría orgulloso si pudiera verme.
"Sus palabras dejaron sin habla a todos sus compañeros incluyendo al niño burlón quien se disculpó inmediatamente por haber sido tan insensible. Con el tiempo, Robertito se convirtió en un boxeador excepcional y ganó muchas competencias.
Su dedicación y esfuerzo lo llevaron a ser querido, exitoso y respetado por todos los que lo conocían.
Aprendió que no importa cuán difícil sea la vida o las adversidades que debamos enfrentar, siempre podemos salir adelante si tenemos perseverancia, disciplina y una actitud positiva.
FIN.