El legado eterno
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una abuela llamada Rosa. Rosa era una mujer amorosa y siempre estaba dispuesta a cuidar a sus nietos: Tahiel, Morena e Isabella.
Los tres niños adoraban pasar tiempo con su abuela y disfrutaban de las historias que ella les contaba.
Un día, mientras estaban sentados en el jardín, la abuela Rosa les dijo: "Mis queridos niños, hoy quiero contarles una historia especial sobre el amor eterno entre los abuelos y los nietos". Tahiel, el mayor de los tres nietos, preguntó emocionado: "-Abuela, ¿qué significa "amor eterno"?". Rosa sonrió y respondió: "-Significa que el amor entre nosotros nunca se acabará. Siempre estaré aquí para ustedes".
Los ojos de los niños se iluminaron al escuchar eso. Querían saber más sobre esa historia tan especial. La abuela continuó: "Hace muchos años, cuando yo era joven como ustedes, conocí a mi amiga Sofía.
Ella también tenía tres nietos: Luciano, Camila y Valentina. Nos convertimos en mejores amigas al instante". Morena preguntó curiosa:"-Abuela ¿también eran vecinas como nosotros?"Rosa asintió:"-Sí querida Morena ¡Éramos vecinas! Vivíamos justo al lado la una de la otra".
Isabella intervino:"-¡Qué divertido! Me encantaría tener amigos así". Rosa sonrió nuevamente:"-Bueno mis amores... déjenme continuar con la historia. Nuestra amistad creció aún más fuerte cuando descubrimos algo maravilloso: nuestros nietos se llevaban de maravilla".
Tahiel preguntó:"-Abuela, ¿también tenían un jardín donde jugar como nosotros?"Rosa respondió:"-Sí Tahiel, teníamos un hermoso jardín donde los seis niños jugaban y se divertían juntos. Era un lugar lleno de risas y alegría". Morena dijo:"-Debe haber sido increíble tener a tus amigos viviendo tan cerca".
La abuela Rosa asintió emocionada:"-Sí Morena, fue una experiencia maravillosa. Pero lo más importante es que nuestros nietos aprendieron el significado del amor eterno y la amistad verdadera". Los niños estaban fascinados con la historia de su abuela.
Querían saber más sobre cómo esa amistad se mantuvo a lo largo del tiempo. Isabella preguntó:"-Abuela, ¿qué pasó después? ¿Siguen siendo amigas?"Rosa suspiró melancólicamente antes de responder: "-Desafortunadamente, Sofía falleció hace unos años.
Pero nuestro amor y nuestra amistad siguen vivos en nuestros corazones. Aunque ella ya no está físicamente conmigo, siempre llevo su recuerdo en mi corazón". Tahiel añadió:"-Entonces eso significa que el amor eterno trasciende incluso cuando alguien ya no está aquí".
Rosa asintió orgullosa:"-Así es mis queridos niños. El amor eterno nunca desaparece; sigue vivo en nuestras memorias y en las enseñanzas que compartimos con los demás.
"Los tres nietos abrazaron a su abuela con cariño, sabiendo que aunque las personas puedan partir físicamente, el amor verdadero siempre permanecerá en sus corazones. Desde aquel día, Tahiel, Morena e Isabella entendieron la importancia de valorar y apreciar a su abuela. Pasaron más tiempo juntos, creando recuerdos maravillosos que guardarían para siempre.
Y así, la historia de la abuela Rosa y su amiga Sofía se convirtió en un legado de amor eterno que los niños compartieron con las generaciones futuras. El amor entre abuelos y nietos es un tesoro precioso que nunca debe olvidarse.
FIN.