El legado verde de Mateo
En un pequeño pueblo de la costa de Colombia vivía un hombre muy sabio y amable.
Este hombre, llamado Mateo, era conocido por su gran amor hacia la naturaleza y por enseñar a los chicos del pueblo el valor de cuidar el medio ambiente. Un día, Mateo decidió llevar a un grupo de chicos a la playa para enseñarles sobre el mar y la importancia de protegerlo.
Mientras caminaban por la costa, vieron cómo el sol se ocultaba en el horizonte y las olas bailaban al compás del viento. "¡Miren chicos, qué hermosos colores tiene el cielo cuando cae la tarde! Es como si el mar estuviera pintando un cuadro para nosotros", exclamó Mateo mientras señalaba hacia arriba.
Los chicos se detuvieron maravillados ante aquel espectáculo y comenzaron a preguntarle a Mateo sobre las maravillas del mundo.
Él les explicaba pacientemente cada fenómeno natural que observaban, desde cómo se forman las olas hasta por qué el fuego es tan importante para los seres humanos. De repente, uno de los chicos notó algo brillando en la arena. Era una pequeña fogata que alguien había encendido y luego abandonado.
El viento soplaba fuerte y las llamas empezaban a crecer peligrosamente cerca de unos arbustos secos. "¡Rápido chicos, tenemos que apagar ese fuego antes de que se propague!", gritó Mateo mientras corría hacia la fogata.
Los niños lo siguieron y juntos lograron apagar las llamas con arena y agua de mar. Estaban exhaustos pero felices de haber evitado una tragedia en su querida playa. "Gracias Mateo por enseñarnos a cuidar nuestro hogar.
Prometemos ser más conscientes con nuestras acciones a partir de ahora", dijeron los chicos al unísono. Mateo sonrió orgulloso y abrazó a cada uno de ellos.
Aquel día aprendieron una valiosa lección: que cada acción humana puede tener un impacto en la vida del planeta, pero juntos podemos trabajar para protegerlo y preservarlo para las generaciones futuras. Desde entonces, Mateo siguió guiando a los niños del pueblo en su misión de cuidar la naturaleza, recordándoles siempre que la luz brilla más intensamente cuando hay gente dispuesta a protegerla.
Y así, entre risas y juegos en la playa, aquellos chicos descubrieron el verdadero significado de vivir en armonía con el mundo que los rodea.
FIN.