El lenguaje secreto de Ángel


Había una vez un niño llamado Ángel, que era diferente a los demás niños. Él no podía hablar y se comunicaba con gestos y movimientos.

Un día, cuando Ángel fue a la escuela por primera vez, se sintió muy asustado. No conocía a nadie allí y pensó que nadie lo entendería. Pero para su sorpresa, sus compañeros de clase fueron muy amables con él. "Hola Ángel", dijo uno de ellos sonriendo.

Ángel respondió con un gesto de cabeza y una sonrisa tímida. "¿Quieres jugar con nosotros?", preguntó otro niño mientras le ofrecía una pelota. Ángel hizo un gesto de afirmación y comenzaron a jugar juntos.

A pesar de que no podía hablar, los demás niños entendían sus señales y se divertían mucho juntos. Pero no todos los días eran fáciles para Ángel. A veces sentía tristeza porque no podía expresarse como los demás niños lo hacían.

Un día, después de clases, se encontró en el parque con un anciano sabio que notó su tristeza. "¿Qué te pasa, pequeño?", preguntó el anciano. Ángel hizo unos gestos tratando de explicarse pero el anciano lo miraba atentamente sin comprenderlo del todo.

De repente el anciano tuvo una idea: "¡Ya sé cómo puedo ayudarte!", exclamó emocionado. "Te enseñaré un lenguaje secreto que solo tú y yo entendemos".

El viejo sabio enseñó a Ángel algunos movimientos especiales que significaban palabras simples como —"hola" , "adiós" y —"gracias" . Ángel estaba encantado con su nuevo lenguaje secreto y lo practicaba todo el tiempo. Cuando regresó a la escuela, sus compañeros notaron que algo había cambiado en él.

Ahora podía comunicarse mejor con ellos gracias a su nuevo lenguaje secreto. Y aunque no podía hablar como los demás niños, todos lo aceptaban tal como era. Un día, cuando estaban jugando juntos, un niño se lastimó la pierna y comenzó a llorar.

Ángel rápidamente hizo unos gestos para pedir ayuda y uno de los adultos que estaba cerca vino corriendo para ayudar al niño herido. "¡Buen trabajo Ángel!", dijo uno de sus compañeros. "Gracias por ayudarnos".

Ángel sonrió feliz porque sabía que había logrado hacer una diferencia en ese momento importante. Desde entonces, Ángel siguió jugando con sus amigos usando su lenguaje secreto especial.

Y aunque era diferente a los demás niños, eso no le importaba porque sabía que tenía algo único que compartir con ellos: su capacidad de comunicarse sin palabras. Y así fue cómo Ángel descubrió que ser diferente es algo maravilloso y especial.

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