El león hambriento



En la selva vivía un león llamado Leandro, quien siempre tenía un gran apetito. Un día, Leandro se levantó con mucha hambre y salió en busca de comida. Sin embargo, la caza no fue buena.

Después de buscar por todas partes, el león no encontró ni siquiera un pequeño animalito para calmar su apetito. Desanimado, Leandro se sentó debajo de un árbol y suspiró. - ¡Estoy tan hambriento que ya no aguanto más! -se quejó.

En ese momento, apareció Pablo, un conejo muy astuto. Pablo le propuso a Leandro buscar comida juntos. - Yo conozco un lugar donde siempre hay comida -dijo el conejo con una sonrisa. Leandro aceptó la propuesta y siguió a Pablo.

Llegaron a un hermoso prado lleno de frutas y vegetales. Allí, encontraron deliciosas zanahorias, lechugas y otros alimentos frescos. Leandro estaba sorprendido. - Nunca imaginé que podría alimentarme con cosas que no fueran carne. Gracias, Pablo.

A partir de ese día, Leandro aprendió que no siempre necesitaba cazar para satisfacer su hambre. Aprendió a ser más compasivo con los demás animales y descubrió que podía alimentarse de manera saludable.

Y así, el león hambriento encontró una nueva forma de alimentarse y vivir en armonía con la selva.

FIN.

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