El león lector y la escuela secreta
Enzo era un león muy especial. A diferencia de los demás leones, a él no le gustaba rugir ni cazar. En cambio, lo que más disfrutaba era leer cuentos y aprender cosas nuevas.
Vivía en la selva con su familia, pero siempre se sentía diferente. Un día, mientras caminaba por la selva, Enzo encontró un cartel que decía: "Escuela de la Selva". Intrigado, decidió entrar para ver qué era eso de una escuela.
Para su sorpresa, se encontró con otros animales como jirafas, monos y elefantes aprendiendo matemáticas, ciencias y literatura. Enzo se acercó a la maestra y le dijo tímidamente: "Hola, soy Enzo, el león. ¿Puedo quedarme en esta escuela?".
La maestra sonrió y asintió: "¡Por supuesto! Todos son bienvenidos aquí". Desde ese día, Enzo asistió todos los días a clases.
Aprendió sobre geografía explorando mapas del mundo; descubrió las maravillas de las plantas estudiando biología; y abrió su corazón a la música aprendiendo a tocar la flauta. Un día, durante una clase de arte, la maestra propuso hacer un mural que representara lo mejor de cada uno. Los demás animales dibujaron árboles altísimos o ríos cristalinos.
Cuando llegó el turno de Enzo, él pintó un gran corazón rodeado de libros y lápices. "¿Qué significa tu mural, Enzo?" -preguntó la maestra curiosa. "Este corazón representa todo lo que he aprendido en esta escuela", explicó Enzo con orgullo.
"Los libros y los lápices son mis herramientas para explorar el mundo". Todos los animales admiraron el mural de Enzo y aplaudieron emocionados.
Desde ese día, todos querían ser como él: valiente para seguir sus sueños y noble para compartir su conocimiento. Al final del año escolar, se celebró una feria en la selva donde cada animal mostraba lo que había aprendido.
Enzo preparó una presentación sobre la importancia de cuidar el planeta e inspiró a todos a ser más conscientes con el medio ambiente. La noticia sobre las enseñanzas de Enzo se extendió por toda la selva e incluso llegó a oídos humanos que vinieron a conocer al increíble león sabio.
Y así fue como Enzo demostró que no importa ser diferente; lo importante es tener un corazón lleno de amor por el conocimiento y el deseo constante de aprender más sobre el mundo que nos rodea.
FIN.