El león vegetariano y el manantial mágico
Había una vez en la selva un león llamado Leopoldo. A diferencia de los demás leones, a Leopoldo no le gustaba cazar animales para alimentarse. En cambio, prefería comer frutas, hojas y raíces que encontraba por el bosque.
Sus amigos animales se burlaban de él por ser diferente, pero Leopoldo estaba feliz siendo fiel a sí mismo. Un día, la selva comenzó a sufrir una sequía muy fuerte.
Los ríos se secaron, los árboles perdieron sus hojas y los animales tenían cada vez menos comida. La situación era desesperante y todos buscaban soluciones para sobrevivir. "¡Oh no! ¿Qué vamos a hacer sin agua ni alimentos?" -se lamentaba Marcela la jirafa.
Leopoldo escuchó las preocupaciones de sus amigos y decidió tomar cartas en el asunto. Se puso en marcha para encontrar una solución que ayudara a todos los habitantes del bosque.
Caminando por la selva, Leopoldo recordó una antigua leyenda que hablaba de un manantial mágico escondido en lo más profundo del bosque. Se decía que este manantial tenía el poder de traer lluvia y fertilidad de nuevo a la selva.
Decidido a encontrar el manantial mágico, Leopoldo emprendió un viaje lleno de peligros y desafíos. Tuvo que sortear ríos secos, cruzar campos áridos y enfrentarse a criaturas salvajes. Pero su determinación era más fuerte que cualquier obstáculo en su camino.
Finalmente, luego de días de búsqueda incansable, Leopoldo encontró el manantial mágico. Sin dudarlo, bebió del agua cristalina y pidió con todo su corazón que la lluvia volviera a caer sobre la selva. Al instante, nubes oscuras cubrieron el cielo y empezaron a resonar truenos en la distancia.
Una lluvia refrescante comenzó a caer sobre la tierra sedienta, devolviendo vida al bosque poco a poco. Los animales celebraron emocionados mientras veían cómo todo volvía a reverdecer gracias al sacrificio y valentía de Leopoldo.
"¡Gracias Leopoldo por salvarnos con tu bondad y valentía!" -exclamaron todos los animales emocionados. Desde ese día, Leopoldo fue admirado por todos en la selva como un verdadero héroe.
Aprendieron que no importa ser diferente siempre y cuando uno actúe con bondad y generosidad hacia los demás. Y así, entre risas y abrazos bajo la lluvia restauradora, la amistad entre los habitantes del bosque creció más fuerte que nunca gracias al león vegetariano llamado Leopoldo.
FIN.