El león y el bosque encantado



Había una vez en un hermoso bosque, tres amigos llamados Sofía, Martín y Tomás. Les encantaba explorar la naturaleza y descubrir todos los secretos que escondían sus rincones más recónditos.

Un día decidieron aventurarse más allá de lo que solían hacer y adentrarse en el corazón del bosque, donde se decía que habitaban muchos animales salvajes. Al principio estaban un poco asustados, pero su valentía y curiosidad eran aún mayores.

Así que juntos comenzaron a caminar entre los árboles altos y frondosos, escuchando el canto de los pájaros y el murmullo del arroyo cercano. De repente, se encontraron con una familia de conejos que jugaba felices en la pradera.

- ¡Miren qué lindos conejitos! -exclamó Sofía emocionada. Los niños se acercaron con cuidado para no asustar a los animalitos, y pronto estaban correteando junto a ellos por el campo verde. Los conejos saltaban y brincaban alrededor de los amigos, haciéndolos reír a carcajadas.

De pronto, escucharon un rugido proveniente del otro lado del bosque. Todos se miraron con temor, preguntándose qué podía ser ese ruido tan fuerte.

Decidieron investigar y descubrieron que era un león solitario que había perdido su camino de regreso a casa. - ¡Pobrecito león! Está perdido y necesita nuestra ayuda -dijo Martín preocupado. Con valentía, los niños se acercaron al león e intentaron calmarlo con palabras amables.

Pronto descubrieron que solo quería encontrar el camino de vuelta a la sabana donde vivía con su manada. Con un mapa dibujado por Tomás, lograron orientarlo correctamente para que pudiera regresar sano y salvo junto a los suyos.

Agradecido, el león les prometió protegerlos siempre que estuvieran en peligro en el bosque. Los niños se despidieron de él con alegría en sus corazones y continuaron su travesía por aquel mágico lugar. Caminando un poco más llegaron a un claro donde vieron una mamá oso cuidando a sus cachorros.

- ¡Qué tiernos son esos ositos! -exclamó Sofía emocionada nuevamente. Los niños observaban maravillados cómo la mamá oso enseñaba a sus crías a pescar salmones en el río cercano.

Se dieron cuenta entonces de lo importante que era la familia para todos los seres vivos del bosque. De repente, vieron algo brillante entre las ramas de un árbol: era una llave dorada colgando de una rama alta e inaccesible.

Intrigados por su presencia allí decidieron idear un plan para conseguirla antes de continuar su aventura.

FIN.

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