El León y el Cuervo Sabio



Era un día soleado en la vasta sabana africana, cuando un majestuoso león llamado Leo salió a pasear. Leo era el rey de la selva, pero a veces se sentía un poco solitario. A pesar de su enorme fuerza y su impresionante melena dorada, siempre creía que debía demostrar su poder a los demás animales.

Mientras Leo caminaba, se encontró con un cuervo que gorjeaba alegremente sobre una rama de un árbol. Este cuervo se llamaba Coco y era conocido por su sabiduría y su buen humor.

"¡Hola, rey de la selva!" - saludó Coco, haciendo una reverencia con su pico.

"¡Hola!" - respondió Leo, con un tono un poco arrogante "Soy el más fuerte, y todos deberían temerme."

Coco, muy astuto, decidió enseñarle algo a Leo.

"¿Sabés, Leo? La verdadera fuerza no siempre está en la fuerza física. A veces, la inteligencia y la bondad son más poderosas."

"¿Bondad?" - se rió Leo "¿Qué es eso?"

"Te desafío a que lo descubras. Ayudemos a otros animales hoy."

Intrigado y un poco confundido, Leo aceptó el reto.

Mientras caminaban juntos, encontraron a una tortuga que había quedado atrapada en un arbusto espinoso.

"¡Mirá!" - dijo Leo "¡Sólo necesito usar mi fuerza para liberar a la tortuga!"

"Espera, Leo. ¿Por qué no le preguntas primero qué necesita?" - sugirió Coco.

Leo, dudando por un momento, miró a la tortuga.

"¿Cómo puedo ayudarte?" - preguntó, sorprendiéndose a sí mismo por su propia amabilidad.

"¡Oh, gracias! Me quedé atascada intentando llegar a la charca. Me gustaría un poco de ayuda para salir de aquí, pero no quiero que me lastimes."

Leo, sintiendo una nueva emoción en su pecho, usó suavemente sus patas para liberar a la tortuga sin lastimarla.

"¡Estás libre!" - dijo Leo, más allá de lo que esperaba.

"¡Gracias, rey león!" - respondió la tortuga, con lágrimas de alegría en sus ojos.

"¡Eres muy amable!"

"Ahora, ¿podrías indicarnos el camino a la charca?" - preguntó Coco, emocionado.

"¡Sí! Siganme!" - exclamó la tortuga, llevando a los dos amigos por el camino correcto.

Al llegar a la charca, los tres se encontraron con un pequeño grupo de animales que estaban sedientos y necesitaban ayuda. Leo, con su corazón rebosante de alegría, decidió ayudarles a todos a llenar sus reservorios con agua.

"¡Qué gran día para ayudar, Coco!" - dijo Leo mientras llenaba un recipiente.

"¿Ves? Lo que realmente importa no es ser el más fuerte, sino ser el que ayuda y tiende una pata amiga." - contestó Coco con una sonrisa.

A partir de ese día, Leo no solo se sentía más fuerte, sino también más feliz. Había aprendido que compartir su poder era una forma más significativa de ser un líder. La selva no solo necesitaba un rey fuerte, sino un amigo solidario.

Los días pasaron y Leo y Coco se convirtieron en grandes amigos. Juntos, ayudaban a los animales de la sabana y animaban a otros a hacer lo mismo.

Un día, mientras volaban sobre la sabana, Coco vio algo que le llamó la atención.

"¡Mirá, Leo! Un grupo de hienas está discutiendo. ¡Podríamos ayudar!"

"Pero son hienas, Coco. A veces son un poco traviesas." - contestó Leo, recordando viejas rencillas.

"Siempre es mejor brindarle una mano a quienes más lo necesitan. ¡Vamos, rey león!" - insistió Coco.

Leo decidió escuchar a su amigo y se acercaron a las hienas.

"Hola, ¿necesitan ayuda?" - preguntó Leo con confianza.

"¡Váyanse de aquí, rey león! ¡No queremos su ayuda!" - gritaron las hienas, irritadas.

"Pero siempre hay una forma de resolver las cosas hablando. ¿Qué las tiene tan fastidiadas?" - intervino Coco, siempre diplomático.

Las hienas, sorprendidas por esa pregunta, comenzaron a relatar sus problemas. Al final, Leo usó su fuerza para ayudarles a montar un sistema para compartir comida. Las hienas, agradecidas, reconocieron la valentía y generosidad del león.

"Nunca pensábamos que un león podría ser así de amable. Gracias, Leo." - dijeron con gran admiración.

Desde ese entonces, Leo no solo fue conocido como el Rey León, sino también como el Rey Generoso.

Así, el león y el cuervo siguieron su camino, enseñando a todos que la verdadera fuerza radica en el corazón y en la disposición de ayudar a los demás.

FIN.

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