El león y el ratón


En lo profundo de la selva, vivía un león majestuoso llamado Leopoldo. Era fuerte, valiente y temido por todos los animales del bosque. Un día, mientras descansaba bajo la sombra de un árbol, escuchó unos débiles gritos de auxilio. Intrigado, se acercó y descubrió a un pequeño ratón atrapado bajo una rama.

- ¡Ayuda, por favor! ¡Soy un ratón indefenso y me encuentro atrapado! -gritó el ratón con voz temblorosa.

Leopoldo podría haber ignorado al ratón, pero su corazón noble no lo permitió. Con cuidado, levantó la rama y liberó al ratón. El ratón, agradecido, le prometió alguna vez devolverle el favor.

El tiempo pasó, y una tarde, Leopoldo cayó en una trampa cazada por unos cazadores furtivos. Por más que luchó, no pudo soltarse. El ratón, al escuchar los rugidos de angustia del león, corrió para ayudarlo. Sin dudarlo, roía las cuerdas de la trampa con sus afilados dientes, hasta que finalmente logró liberar al león.

- ¡Gracias, pequeño amigo! ¡Jamás imaginé que un ser tan diminuto como tú pudiera salvame! -exclamó Leopoldo, asombrado.

El ratón sonrió y le recordó que una buena acción siempre encontrará su recompensa. Desde ese día, Leopoldo y el ratón se volvieron grandes amigos, demostrando que la bondad y el respeto no conocen de tamaños ni apariencias.

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