El león y el ratón

En lo más profundo de la selva africana, reinaba un majestuoso león llamado Simba. Todos los animales lo respetaban y temían, ya que era el rey de la selva.

Un día, mientras Simba descansaba bajo la sombra de un árbol, un pequeño ratón llamado René pasó por su lado. A pesar de su diminuto tamaño, René era valiente y amigable.

René se acercó tembloroso al león y le dijo: "Excelencia, he oído que estás enfermo.

Permíteme ayudarte, a pesar de mi pequeñez." Simba lo miró con incredulidad, pero accedió, pensando que la ayuda de un ratón no le sería de gran utilidad. Sin embargo, al ver la determinación en los ojos de René, decidió darle una oportunidad.

René se adentró en el bosque en busca de una hierba medicinal que había visto crecer cerca de un arroyo. Desafiando peligros como serpientes y aves rapaces, finalmente encontró la hierba y la llevó de regreso al león.

Simba, sorprendido por la valentía y la amabilidad del diminuto ratón, agradeció su ayuda y tomó la hierba. Milagrosamente, se sintió mejor al instante.

Desde ese día, Simba y René se convirtieron en grandes amigos, demostrando que la amistad y la valentía no conocen límites de tamaño. La valentía del ratón había salvado al rey de la selva, enseñándole que la ayuda y la amistad pueden venir de cualquier lugar, incluso de quien menos lo esperamos.