El León y la Piedra Azul
Había una vez un león llamado Leo que vivía en la selva. Leo era un león curioso y soñador que siempre miraba hacia el cielo y le hacía preguntas a las estrellas. Sus amigos, la tortuga Tuli y el loro Pipo, a menudo lo acompañaban en sus aventuras. Un viernes por la mañana, Leo decidió que era un buen día para buscar algo nuevo.
"Tuli, Pipo, ¿qué les parece si nos vamos a encontrar la misteriosa piedra azul de la que tanto se habla en la selva?" - propuso Leo con emoción.
"¿Qué es una piedra azul?" - preguntó Tuli, mientras se asomaba por su caparazón.
"He escuchado que es una piedra mágica que concede deseos a quienes la encuentran" - respondió Pipo con su voz chirriante.
Sus amigos se miraron con los ojos brillantes de curiosidad.
"Vamos, averigüémoslo juntos" - dijo Tuli entusiasta.
Y así, los tres amigos partieron en busca de la famosa piedra azul. Caminaban entre árboles altos y ríos cantores, y cada vez que encontraban un nuevo sendero, se llenaban de alegría y asombro. Justo cuando estaban a punto de rendirse, encontraron un claro en la selva, donde una enorme piedra azul brillaba con la luz del sol.
"¡Ahí está!" - gritaron al unísono.
Pero cuando se acercaron, se dieron cuenta de que la piedra no estaba sola. Una serpiente sabia y anciana, llamada Serpentina, guardaba la piedra.
"¿Quiénes son ustedes y por qué desean la piedra azul?" - preguntó Serpentina, mientras se enroscaba alrededor de la piedra.
"¡Queremos un deseo!" - exclamó Leo.
"La piedra azul no concede deseos así como así. Deben demostrar que son dignos de su poder" - explicó Serpentina.
Tuli, Pipo y Leo se miraron nerviosamente.
"¿Y cómo lo hacemos?" - preguntó Pipo.
"Deben realizar tres tareas que demuestren su amistad, valentía y sabiduría" - respondió Serpentina.
Los amigos aceptaron el reto.
**La primera tarea fue demostrar su amistad.**
Serpentina les pidió que ayudaran a un pequeño pájaro que había caído de su nido. Los tres se esforzaron para encontrar el camino más seguro y ayudar al pajarito a volver a casa.
"¡Lo logramos!" - gritó Tuli, mientras el pajarito se posaba felizmente en su nido.
**La segunda tarea fue la valentía.**
Serpentina les pidió que cruzaran un río lleno de caimanes dormidos para recoger un objeto brillante del otro lado.
"¡Yo iré primero!" - dijo Leo con determinación. Su valentía impulsó a Tuli y Pipo a seguirlo, y juntos lo lograron sin hacer ruido.
**La tercera tarea fue la sabiduría.**
Serpentina les pidió que resolvieran un enigma: "¿Qué es lo que siempre avanza y nunca vuelve atrás?"
Después de pensar un rato, Leo sonrió y dijo:
"¡El tiempo!"
"Correcto, pequeños. Han demostrado que están listos para la piedra azul" - dijo Serpentina, mientras la piedra comenzaba a brillar más intensamente.
Los amigos estaban ansiosos.
"¿Podemos pedir cualquier cosa?" - preguntó Pipo.
"Sí, pero piensen bien en lo que desean" - dijo Serpentina.
Después de un momento de reflexión, Leo se adelantó y habló:
"Deseamos que cada criatura en la selva esté siempre unida y viva en paz y armonía".
Serpentina sonrió abiertamente.
"Un deseo muy noble, y por eso estoy feliz de concederlo".
Con un destello de luz, la piedra azul emitió un brillo que envolvió a todo el bosque. Desde ese día, la selva vivió en armonía, y los tres amigos aprendieron que la verdadera magia reside en la amistad, la valentía y usar la sabiduría para ayudar a los demás.
Y así, el león Leo, la tortuga Tuli y el loro Pipo continuaron teniendo aventuras, pero ahora sabían que el poder de un deseo no se trataba solo de lo que podían obtener, sino de lo que podían dar.
Y así, el bosque azul vivió feliz para siempre.
FIN.