El León y la Serpiente



En un vasto y hermoso bosque, vivían dos animales muy distintos: Leo, el león fuerte y majestuoso, y Selma, la serpiente ágil y sabia. A pesar de sus diferencias, ambos tenían un gran sueño: querían ser reconocidos como los más valientes del bosque.

Un día, mientras exploraban el bosque, se encontraron en un claro donde se celebraba un gran concurso de valentía. El concurso prometía un premio especial: una medalla dorada que significaba grandeza y valentía para el ganador. Leo, al ver la medalla, dijo emocionado:

- “¡Yo ganaré esa medalla! Soy el rey de la selva y nadie puede vencerme! ”

Selma, con una voz suave y tranquilizadora, respondió:

- “No subestimes a los demás, Leo. La valentía no siempre se mide en fuerza física.”

Leo, sin prestarle atención, se apuntó al concurso y comenzó a organizar un plan para demostrar su poder. Por otro lado, Selma decidió inscribirse también, pero planeaba participar de una manera diferente.

El día del concurso llegó, y los participantes se alinearon para mostrar su valor. El primer desafío era cruzar un puente tambaleante sobre un lago. Leo, confiado, dijo mientras avanzaba:

- “¡Miren qué fácil es para mí! ¡Soy el león más valiente! ”

Sin embargo, cuando llegó al centro del puente, este comenzó a crujir. Leo, asustado, trató de volver, pero el puente se movía cada vez más.

- “¡Ayuda! ¡No puedo cruzar! ” gritó el león, sintiéndose avergonzado ante todos.

Selma, observando la situación desde el borde, decidió actuar. Con movimientos suaves, empezó a deslizarse hacia Leo.

- “No te preocupes, Leo. Usa la cabeza. Tómate tu tiempo y respira hondo.”

Leo, aún nervioso, trató de calmarse mientras Selma le decía:

- “Mira hacia el otro lado, visualiza tu éxito y avanza paso a paso.”

Siguiendo el consejo de Selma, Leo cerró los ojos, tomó una respiración profunda y comenzó a dar pequeños pasos hasta que finalmente logró cruzar.

Los demás animales aplaudieron su valentía. El siguiente desafío era un laberinto lleno de espejos. Cuando Leo intentó entrar, quedó deslumbrado por su propio reflejo y se perdió entre las ilusiones.

- “¡Salgan de mi camino! ¡Soy el rey! ” rugió, tratando de abrirse paso. Pero no podía avanzar.

Selma lo vio y se acercó,

- “Leo, en este desafío, la clave es la inteligencia, no la fuerza. Yo puedo ayudarte.”

Selma se deslizó por el laberinto, observando los caminos. Mientras Leo seguía gritando, Selma recordó que la valentía también estaba en ser ingenioso. Con calma, le gritó,

- “Sigue el sonido de mi voz, Leo. Ven hacia mí.”

Siguiendo la voz de Selma, Leo logró encontrar la salida, dejando atrás el caos del laberinto. El público estaba each vez más emocionado al ver que podía superar sus miedos.

El último desafío era sobre armar un rompecabezas con las piezas de un mapa del bosque. Leo, impaciente e impetuoso, intentó forzar las piezas a encajar, pero solo lograba frustrarse.

- “No puedo hacer esto, ¡es un asco! ” exclamó, indignado.

Selma, con prudencia, le dijo:

- “Leo, en lugar de enojarte, piensa de modo estratégico. Cada pieza tiene su lugar, al igual que cada uno de nosotros en este bosque.”

Leo miró a su alrededor, observó cómo Selma manipulaba las piezas con cuidado y comenzó a seguir su ejemplo. Juntos trabajaron en equipo. Selma colocó la última pieza, y cuando miraron el mapa completo, ambos se dieron cuenta.

- “¡Lo logramos! ” gritaron al unísono.

Cuando terminó el concurso, el jurado se reunió a deliberar. Todos estaban impresionados por el trabajo en equipo de Selma y Leo. En la ceremonia de premiación, el jurado ofreció dos medallas doradas, una para cada uno.

- “Porque la verdadera valentía no está solo en la fuerza física, sino también en la inteligencia y la colaboración.” anunció el juez.

Selma miró a Leo y dijo,

- “Ves, amigo mío. No siempre se trata de ser el más fuerte. A veces, ser valiente significa pedir ayuda y aprender de los otros.”

Leo sonrió, comprendiendo el mensaje.

- “Gracias, Selma. Hoy aprendí que juntos somos más fuertes.”

Desde entonces, Selma y Leo se convirtieron en los mejores amigos del bosque. Juntos enseñaron a otros que la valentía puede tomar muchas formas y que es importante valorar tanto las diferencias como el trabajo en equipo.

FIN.

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