El León y la Suricata


En lo profundo de la sabana africana, vivía un poderoso león llamado Simba. Simba era valiente y fuerte, pero a menudo se sentía solo y triste. Un día, mientras caminaba por la sabana, escuchó un suave llanto.

Se acercó sigilosamente y encontró a una suricata llamada Mili, quien estaba llorando. - ¿Qué te sucede, amiga suricata? - preguntó Simba con gentileza. Mili levantó la mirada y sus ojos brillaron con lágrimas.

- Me siento sola y pequeña en esta inmensa sabana, y a veces siento tanto miedo, especialmente cuando escucho rugir a los leones como tú. Simba se sorprendió al escuchar esto, nunca había pensado en cómo su rugido afectaba a otros animales.

Decidió ayudar a Mili a superar su miedo. Juntos, recorrieron la sabana, cada día aprendiendo el significado del dolor, la felicidad y la tristeza.

Descubrieron que el dolor podía transformarse en empatía, la felicidad podía traer alegría a otros y que la tristeza podía aliviarse con la ayuda de un amigo. Con el tiempo, Simba y Mili se convirtieron en los mejores amigos, apoyándose mutuamente y haciendo de la sabana un lugar más amable y compasivo para todos sus habitantes.

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