El libro de la sabiduría



Había una vez un hombre llamado Tomás que vivía en un pequeño pueblo. Tomás era conocido por ser muy inteligente y siempre estaba buscando respuestas a todas las preguntas que se le presentaban.

Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró un extraño libro en el suelo. Curioso, Tomás decidió abrirlo y comenzar a leer. Para su sorpresa, descubrió que el libro contenía antiguos secretos de sabiduría y conocimiento oculto.

A medida que seguía leyendo, se dio cuenta de que este libro tenía el poder de convertirlo en un Dios. Emocionado con esta nueva posibilidad, Tomás decidió seguir las instrucciones del libro al pie de la letra.

Pasó horas estudiando y practicando cada uno de los rituales descritos en sus páginas. Poco a poco, empezó a notar cambios en sí mismo. Un día, mientras paseaba por el pueblo, todos quedaron asombrados al ver a Tomás volar sobre sus cabezas como si fuera un pájaro.

La gente no podía creer lo que veían y pronto corrieron la voz de que Tomás se había convertido en un Dios. Los habitantes del pueblo comenzaron a acudir a él para pedirle consejo y ayuda.

"Tomás, ¿puedes ayudarme a encontrar trabajo?" -preguntaba Juanito. "Por supuesto", respondió Tomás con una sonrisa amable-. "Pero recuerda que tú tienes el poder dentro de ti para lograr lo que deseas".

Con cada día que pasaba, más personas acudían a Tomás buscando soluciones para sus problemas. Al principio, Tomás se sentía feliz de poder ayudar a los demás, pero pronto empezó a sentirse abrumado.

No podía estar en todas partes al mismo tiempo y no tenía todas las respuestas. Un día, mientras meditaba en el bosque, Tomás tuvo una revelación. Se dio cuenta de que no necesitaba ser un Dios para ayudar a los demás.

Lo que realmente importaba era compartir su sabiduría y conocimiento con ellos. Tomás regresó al pueblo y reunió a todos sus seguidores. Les explicó que él no era un Dios, sino simplemente un hombre común que había aprendido algunas lecciones importantes en la vida.

Les enseñó cómo encontrar fuerza dentro de sí mismos y cómo enfrentar los desafíos cotidianos. A medida que compartía sus enseñanzas con el pueblo, Tomás vio cómo las personas se volvían más fuertes y confiadas.

Ya no dependían de él para solucionar sus problemas, sino que habían descubierto su propio poder interior. Con el tiempo, Tomás dejó de ser visto como un Dios y pasó a ser admirado como un maestro sabio y humilde.

El pueblo prosperó gracias a las enseñanzas de Tomás y todos vivieron felices y en armonía.

Y así fue como el hombre que se convirtió en un —"Dios"  descubrió que la verdadera grandeza está en compartir nuestro conocimiento con los demás para ayudarles a encontrar su propio camino hacia la felicidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!