El libro de las aventuras sin miedo



Había una vez un niño llamado Lucas, que tenía 8 años y era alérgico a los frutos secos. Desde muy pequeño, sus padres le habían enseñado a tener mucho cuidado con lo que comía para evitar cualquier reacción alérgica.

Lucas siempre llevaba consigo su medicamento para emergencias y sus papás se aseguraban de hablar con todos en la escuela para que supieran de su condición.

A pesar de todo esto, Lucas vivía con miedo constante a morirse si llegaba a comer algo que no debía. Un día, mientras paseaba por el parque, Lucas encontró un libro mágico escondido en un banco. El libro estaba lleno de historias encantadoras y emocionantes.

Decidió llevarlo a casa y comenzar a leerlo esa misma noche. Cuando abrió el libro, salió volando una pequeña hada llamada Luna. Ella era amable y cariñosa, y notó enseguida la tristeza en los ojos de Lucas.

- Hola Lucas - dijo Luna con una sonrisa -, ¿qué te preocupa? - ¡Hola! - respondió Lucas sorprendido -. Me preocupa mucho mi alergia a los frutos secos. Siempre tengo miedo de comer algo equivocado y morirme.

Luna escuchó atentamente las preocupaciones del niño y decidió ayudarlo. Juntos idearon un plan para enfrentar ese miedo. Decidieron visitar juntos diferentes lugares donde había alimentos peligrosos para Lucas: un supermercado, una feria gastronómica e incluso un restaurante especializado en postres tentadores hechos con frutos secos.

En cada lugar, Luna le enseñaba a Lucas cómo identificar los alimentos peligrosos y cómo evitarlos. Le mostró diferentes etiquetas en los productos y lo ayudó a leer detenidamente cada ingrediente.

A medida que pasaban los días, Lucas se sentía más seguro y confiado. Aprendió que el conocimiento era su mejor arma contra el miedo. Además, comenzó a darse cuenta de que tenía control sobre su propia salud.

Un día, mientras caminaban por el parque, Luna recordó algo importante: "Lucas, recuerda siempre preguntar si algún alimento contiene frutos secos antes de probarlo". Justo en ese momento apareció otro niño llamado Tomás. Era nuevo en la escuela y estaba comiendo una barra de chocolate muy apetitosa.

- Hola chicos - dijo Tomás con una sonrisa -.

¿Quieren un poco de este delicioso chocolate? Lucas se sintió tentado pero recordó las palabras de Luna y decidió preguntar:- ¿Contiene frutos secos? Tomás pareció sorprendido por la pregunta y revisó rápidamente la etiqueta del chocolate. - No, no tiene - respondió Tomás -, ¡puedes probarlo! Lucas aceptó un pedacito de chocolate con mucha alegría.

Se dio cuenta de que había superado su miedo gracias al conocimiento adquirido junto a Luna. Desde aquel día, Lucas vivió felizmente sin temerle a su alergia. Siguiendo las enseñanzas de Luna, aprendió a cuidarse pero también a disfrutar plenamente de la vida sin dejar que el miedo lo controlara.

Y así termina nuestra historia: Lucas y Luna, el niño valiente y la hada sabia, demostraron que con conocimiento y confianza podemos superar cualquier miedo.

FIN.

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