El libro de las emociones felices
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Emocionaria, donde vivían los emociones. En este lugar mágico, cada emoción tenía su propia casa y se encargaba de cuidar las emociones de los niños del mundo.
En la casa de la alegría vivía Felicia, una emoción muy alegre y optimista. Ella siempre estaba rodeada de risas y sonrisas, contagiando su alegría a todos los que la rodeaban.
Pero había algo que preocupaba a Felicia: algunos niños no sabían cómo expresar sus tristezas o enojos. Un día, Felicia decidió hablar con sus amigos emociones para buscar una solución al problema.
Juntos idearon un plan muy especial: crearían un libro con dibujos y enseñarían a los niños sobre inteligencia emocional. Así fue como nació "El viaje de las emociones", un hermoso libro que explicaba cómo reconocer y manejar las diferentes emociones. Cada página estaba ilustrada con coloridos dibujos que representaban situaciones cotidianas.
Felicia decidió llevar el libro al colegio del pueblo para compartirlo con los niños. Al llegar, se encontró con Julieta, una niña tímida que nunca mostraba sus sentimientos. - ¡Hola Julieta! ¿Quieres ver nuestro nuevo libro? - preguntó Felicia entusiasmada.
- Hola Felicia - respondió Julieta tímidamente -, me gustaría verlo. Felicia le mostró el libro y juntas comenzaron a leerlo. A medida que avanzaban en las páginas, Julieta iba identificando las diferentes emociones y aprendiendo cómo expresarlas adecuadamente.
- ¡Qué interesante! - exclamó Julieta -, ahora entiendo que está bien sentir diferentes emociones y que puedo expresarlas de manera saludable. Felicia sonrió, feliz de ver cómo su libro estaba ayudando a los niños. Pero la sorpresa no terminaría ahí.
Un día, mientras Felicia regaba las plantas en su jardín, vio algo brillante entre las flores. Era una carta con un dibujo muy colorido. Al abrir la carta, descubrió que era un agradecimiento de parte de Julieta.
"Querida Felicia, Gracias por enseñarme sobre inteligencia emocional. Ahora sé cómo manejar mis emociones y me siento más segura al expresar lo que siento. Eres una emoción maravillosa y quiero ser como tú cuando crezca.
Con cariño, Julieta"Felicia se emocionó hasta las lágrimas al leer la carta. Estaba feliz de haber ayudado a Julieta y a tantos otros niños a entender sus emociones.
Desde ese día, el libro "El viaje de las emociones" se convirtió en un éxito en Emocionaria y fue traducido a muchos idiomas para llegar a todos los rincones del mundo. Y así, gracias al esfuerzo y creatividad de Felicia y sus amigos emociones, los niños aprendieron sobre inteligencia emocional mientras disfrutaban de hermosos dibujos llenos de colores y alegría.
FIN.