El Libro de las Emociones Mágicas



Había una vez en la Escuela Marcela Paz de Viña del Mar, una asistente de la educación llamada Lucía. Lucía era una mujer amable y cariñosa, siempre dispuesta a ayudar a los niños con sus emociones y problemas.

Un día, mientras ordenaba unos libros en la biblioteca, encontró un extraño libro titulado "El Boticario Emocional". Intrigada, lo abrió y descubrió que dentro había recetas de tés mágicos que tenían el poder de sanar las emociones de las personas.

Emocionada por esta nueva posibilidad de ayudar a los niños de la escuela, Lucía decidió convertirse en la guardiana del Boticario Emocional.

Comenzó a preparar los tés siguiendo al pie de la letra las recetas del libro, cada uno diseñado para curar una emoción específica. Un día, llegó al colegio un niño llamado Mateo que estaba muy triste porque se sentía solo y no tenía amigos.

Lucía lo invitó a su oficina y le preparó una taza del "Té de Amistad", un brebaje cálido que llenaba el corazón de amor y compañerismo. "Aquí tienes, Mateo. Este té te ayudará a encontrar amigos verdaderos", dijo Lucía con una sonrisa.

Mateo bebió el té lentamente y pronto comenzó a sentirse mejor. Esa misma semana conoció a otros niños con intereses similares y juntos formaron un club de lectura que les permitió forjar amistades sólidas.

A medida que pasaban los días, más niños acudían a Lucía en busca de ayuda emocional. Algunos necesitaban el "Té del Coraje" para enfrentar sus miedos, otros el "Té de la Alegría" para recuperar su entusiasmo por la vida.

Poco a poco, la fama del Boticario Emocional se extendió por toda la escuela e incluso más allá. Los padres empezaron a pedirle consejos a Lucía sobre cómo ayudar a sus hijos con sus emociones. Gracias al Boticario Emocional, los niños aprendieron a identificar sus sentimientos y manejarlos adecuadamente.

La escuela se convirtió en un lugar donde reinaba la empatía y el apoyo mutuo. Y así, entre risas y lágrimas, tazas humeantes de té mágico contando historias silenciosas; Lucía demostró que las emociones también pueden sanarse con amor y comprensión.

Y juntos escribieron un capítulo inolvidable en las vidas de todos los que pasaron por esa escuela tan especial.

FIN.

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