El libro de los deseos y la lección de amistad
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos mejores amigos llamados Juan y Martín. Ambos eran curiosos y siempre estaban buscando nuevas aventuras para vivir juntos.
Un día, mientras exploraban el bosque cercano a su pueblo, encontraron un viejo libro mágico escondido entre los árboles. Intrigados, decidieron abrirlo y descubrieron que este libro tenía el poder de hacer realidad cualquier deseo que escribieran en sus páginas.
Emocionados por esta increíble oportunidad, comenzaron a pensar en lo que deseaban. Juan fue el primero en tener una idea: "¡Quiero ser famoso!" exclamó emocionado. Rápidamente escribió en el libro su deseo y esperó a que se hiciera realidad.
De repente, Juan se convirtió en una estrella de cine famosa. Tenía fans por todas partes y era invitado a todos los eventos importantes.
Aunque al principio estaba feliz con su nueva vida, pronto se dio cuenta de que la fama no era tan maravillosa como pensaba. Estaba constantemente rodeado de cámaras y no podía disfrutar de su privacidad ni pasar tiempo con sus seres queridos. Mientras tanto, Martín había estado observando a su amigo desde la distancia y decidió tomar un camino diferente.
En lugar de buscar la fama, él deseaba tener conocimientos ilimitados para aprender sobre todo lo que le interesaba. Escribió su deseo en el libro y esperó pacientemente.
De repente, Martín se convirtió en un sabio anciano con barba blanca. Tenía acceso a toda la información del mundo y podía responder cualquier pregunta que se le hiciera.
A medida que pasaba el tiempo, Martín se dio cuenta de que aunque tenía mucho conocimiento, no podía compartirlo con nadie porque todos lo veían como un viejo sabio y no como su amigo de siempre. Desesperados por volver a la normalidad, Juan y Martín decidieron buscar una solución juntos.
Recordaron que en el libro también había una página especial donde podían deshacer cualquier deseo hecho anteriormente. Decidieron escribir sus deseos en esa página y esperar a que todo volviera a la normalidad.
Una vez que ambos deseos fueron deshechos, Juan y Martín se encontraron nuevamente siendo los mismos amigos de siempre. Se dieron cuenta de lo importante que era apreciar lo que ya tenían: una amistad fuerte y sincera.
A partir de ese momento, Juan y Martín continuaron viviendo aventuras juntos, pero esta vez valoraban más las pequeñas cosas de la vida. Aprendieron que la fama o el conocimiento pueden parecer emocionantes al principio, pero lo más valioso es tener a alguien con quien compartir momentos especiales.
Y así, los dos amigos siguieron explorando el mundo juntos, aprendiendo lecciones importantes en cada paso del camino.
FIN.