El libro de los recuerdos perdidos



Había una vez una niña llamada Sofía, de 4 años, que era muy unida a su abuela Marta. Pasaban horas juntas jugando, contándose historias y riendo sin parar. Pero un día, Sofía notó algo extraño en su abuela.

Marta comenzaba a olvidar cosas, como dónde había dejado las llaves o el nombre de su gato. Sofía se preocupó mucho al ver que su abuela no recordaba momentos especiales que habían vivido juntas.

Un día, mientras miraban fotos antiguas en un álbum, Marta le dijo a Sofía: "-¿Quién es esta niña tan bonita? - preguntó señalando una foto de Sofía cuando era bebé.

" Sofía sintió tristeza al darse cuenta de que su abuela ya no la reconocía bien. Decidió entonces hacer algo especial para ayudarla a recordar todas las aventuras que habían compartido juntas.

Un día, después de hablar con sus padres y otros familiares sobre la vida de su abuela, Sofía tuvo una maravillosa idea: ¡iba a escribir un libro sobre la vida de Marta! Con la ayuda de sus padres y tíos, recolectó fotos antiguas y anécdotas divertidas para plasmarlas en el libro.

"-Abuelita Marta,- dijo Sofía emocionada mientras le mostraba el libro terminado. - Este es tu libro de recuerdos. Aquí están todas las historias que me contaste y los momentos felices que vivimos juntas. "Marta tomó el libro entre sus manos temblorosas y empezó a hojearlo con curiosidad.

Poco a poco, su rostro se iluminó con cada página que pasaba. Recordaba cómo solía bailar con Sofía en la cocina los domingos por la mañana o las tardes enteras dibujando bajo un árbol en el jardín.

Con lágrimas en los ojos, Marta abrazó fuerte a Sofía y le dijo: "-Gracias por este regalo tan hermoso, mi pequeña gran escritora.

"Desde ese día, cada vez que Marta sentía confusión o tristeza por no recordar algo, tomaba el libro entre sus manos y viajaba por los recuerdos junto a Sofía. El libro se convirtió en un tesoro familiar lleno de amor y complicidad.

Sofia aprendió lo importante que es recordar los momentos especiales con nuestros seres queridos y valorar cada instante compartido. Y aunque la memoria de su abuela seguía desvaneciéndose lentamente, el amor entre ellas permaneció intacto para siempre.

Y así fue como una pequeña niña enseñó al mundo entero que incluso cuando la memoria falla, el amor verdadero siempre encuentra formas creativas e increíbles para perdurar en el tiempo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!